Hablando de problemas sociales,
cabe la urgencia de darle un enfoque más profundo al de los ADULTOS
MAYORES. Los avances mundiales de las ciencias biológicas han
hecho que los humanos logremos una longevidad más prolongada, sin estar
las sociedades modernas suficientemente capacitadas para afrontar adecuadamente
este nuevo reto. Aún en los países más civilizados
no han sabido resolver los problemas del anciano en forma adecuada.
Aquí, no cuenta únicamente el hecho de proporcionarle a este
el pan y el abrigo necesario. Cada hombre o cada mujer mayor de 65 años
es un caso especial según la agresión desafortunada que las
enfermedades degenerativas hayan hecho presa de él o de élla.
Habrá ancianos capaces de desarrollar muchas habilidades aún
a los 80 ó 90 años. Otros francamente limitados antes
de los 65 años. Así, suponiendo que el factor económico
no falte, la calidad de vida de cada adultos mayor, se le deberá proporcionar
un trato diferente no sólo tomando en cuenta las limitaciones físicas,
mentales o psíquicas, sino estudiando su "habitat". La gente
que convive con el caso que nos ocupa, es muy importante: los sentimientos
de los hijos hacia sus ancianos padres, los problemas conyugales que surgen
cuando, uno o los viejitos van cambiando su personalidad por su arterosclerosis.
Las demencias tempranas cada día son más frecuentes y esos
aspectos, no son obligación de conocer de los familiares. Los
geriátras y psicólogos a veces no cuentan con las armas para
poderlos orientar a los interesados. Al actuar anormalmente los adultos
mayores, se compran resentimientos de la gente que convive con éllos,
las mismas personas que los han amado y que los respetan mucho, cambian su
proceder hacia éllos. El anciano se siente agredido por la actitud,
de aquellos que tanto ha querido y que tanto ha ayudado en sus vidas; éste
o ésta se sienten marginados y le sobra tiempo para que el dolor exquisitamente
profundo que no le cabe en el alma, ocasionado por los suyos o de los que
fueron sus amigos. Sacamos en conclusión que cada caso tendrá
que analizarse en forma socio-psíquica y económicamente.
La Lic. Ana Cecilia Murillo, coordinadora del programa de Gerantología, nos dice: "Esta es una situación preocupante si tomamos que esta población de mayores de 65 años, ha venido creciendo al producirse cambios en la esperanza de vida al nacer. Actualmente la población de adultos mayores representa el 7.7% (254.549) de la población total costarricense, con una expectativa de vida de 75 años de edad. Se estima que en el año 2005, los adultos mayores serán el 14% de la población (750.000) ".
A veces los albergues, hogares y asociaciones para los problemas del adulto mayor, no resuelven del todo o benefician parcialmente a esta gente de la tercera edad. Sabemos que no tienen una clasificación correcta para sus distintas anomalías, y a veces en lugar de mejorar la calidad de vida se afectan más pues no pueden convivir con otros ancianos de males más severos y más bien empeoran su condición original.
En Costa Rica hay 104 de estos Centros distribuidos en las 7 provincias. Los Hogares dan alojamiento continuo. Los albergues generalmente son diurnos (se recoge en su casa a las 8 de la mañana y se entregan a las 3 de la tarde). Otros son Albergues de un grupo y Hogares de 24 horas, para los de otras necesidades. Servicios Mixtos. Contamos con un Hospital Geriátrico, Hospital Dr. Raúl Blanco Cervantes para cuando se requiere un chequeo a fondo del paciente o para un tratamiento que no se puede dar fuera del nosocomio, (ya sea médico o quirúrgico).
Todas estas Instituciones Gerontológicas se hacen pocas para la demanda creciente de necesidades de la población de Costa Rica e Inmigrantes que nos invaden con intensidad creciente de países en conflicto político-social.
La financiación de estos Centros Geriátricos es irregular y un tanto caprichosa pues no los cubre la Caja Costarricense del Seguro Social. Son financiaciones parciales: a veces de la Municipalidad, otras de Asociaciones Comunales, de donaciones de beneficencia, pero principalmente de la Junta de Protección Social de San José. El Hospital sí pertenece a la Seguridad Social.