Vol. 35 (1) Marzo 2018 ISSN 1409-0015 Medicina Legal de Costa Rica Edición Virtual
2018 Asociación Costarricense de Medicina Legal y Disciplinas Afines
mayores de 50) existe un proceso transicional involutivo, esclerótico por lo que su relación con la
presencia de una patología se vuelve menos clara.
Asimismo, Kremers y colaboradores en 2015 realizan un estudio cuyo interés se basa en
determinar el límite superior normal para el número de glomérulos esclerosados en forma global.
En él determinan los predictores independientes de esta esclerosis: edad, número total de
glomérulos y área de corteza. También estiman el percentil 95 para el número global de
glomérulos esclerosados por el total de glomérulos, el cual en una biopsia, una sección con 17-32
glomérulos totales: el percentil 95 varía de 1 para una persona de 20 años y de 5.5 para una de 70
años. En otras palabras o en aras de resumen: valor mayor al dictado por el percentilo sugiere
presencia de patología crónica en exceso de la esperada con el envejecimiento normal. (Kremers,
Denic, Lieske, Alexander, Kaushik, Elsherbiny, Chakkera, Poggio, Rule 2015, Kaplan,
Pasternack, Shah, Gallo, 1975, Sobamowo, Prabhakar, 2017, Denic, Glassock, Rule 2016)
Es razonable esperar que con el aumento en la glomeruloesclerosis global relacionada a la edad
se genere una hipertrofia compensatoria en las nefronas restantes. La densidad glomerular
correlaciona inversamente con el volumen promedio de glomérulos no esclerosados y el perfil de
área tubular. Es por esto que cuando se da la hipertrofia de una nefrona, esta se aleja del
glomérulo ocasionando una disminución de su densidad. La densidad glomerular es menor en
biopsias en las que menos del 10% del total de glomérulos se encuentran escleróticos, lo que
sugiere que la hipertrofia de la nefrona con la edad puede ser detectada en zonas sin
nefroesclerosis significativa. La densidad glomerular es mayor con zonas con más del 10% de
glomérulos escleróticos, sugiriendo así que en regiones de nefroesclerosis significativa la atrofia
de las nefronas con la edad acerca a los glomérulos entre sí. (Denic, Glassock, Rule 2016)
Estos cambios, es necesario recordar, son también característicos de muchas condiciones renales
y son a menudo vistos más frecuentemente en personas de edad avanzada haciendo en algunos
casos difícil evaluar el rol de la edad en estos cambios. (Martin, 2007)
Tubulares
La pérdida de volumen secundaria a las lesiones secundarias a la glomeruloesclerosis global con
atrofia de los túbulos correspondientes podría explicar el decline en el volumen cortical renal
asociado a la edad. De la misma forma, la hipertrofia de los glomérulos no esclerosados y sus
túbulos correspondientes podrían ayudar a mantener el volumen parenquimal renal con el
envejecer, al menos hasta la mediana edad.
Con la pérdida glomerular la sección tubular de la nefrona generalmente se degenera y es
reemplazada por tejido conectivo, la hipertrofia tubular ocurre entonces en las nefronas
remanentes, principalmente en las del túbulo contorneado proximal. Esto parece resultar tanto de
la hipertrofia como de la hiperplasia.
Con el adelgazamiento de la corteza hay una disminución en el largo del túbulo y el desarrollo de
divertículos en el túbulo contorneado distal.
Con la pérdida de nefronas se genera una fibrosis intersticial tubular generalizada. (Hazzard,
2009, Denic, Glassock, Rule, 2016)