
© 2017. Asociación Costarricense de Medicina Legal y Disciplinas Afines
Medicina Legal de Costa Rica - Edición VirtualVol. 34 (2), Setiembre 2017. ISSN 1409-0015
conjuntival, edema de manos, pies, eritema de palmas y plantas, adenopatías cervicales y otras (Kumar, 2010 y
Jennette, 2016).
e) Graulomatosis de Wegener: Es una vasculitis necrosante de vasos de pequeño o mediano calibre, de afectación de
vías respiratorias y nefropatía (glomerulonefritis necrosante focal) (Kumar, 2010). Las lesiones de las vías respiratorias
altas pueden ser sinusitis inamatoria con granulomas, úlceras en la nariz, paladar o faringe. Es más frecuente en
hombres, se presenta con cuadro clínico de neumonía persistente con inltrados nodulares y cavitarios bilaterales,
sinusitis crónica, úlceras mucosas en nasofaringe y nefropatía (Kumar, 2010 y Jennette, 2016).
f) Vasculitis asociadas a otros trastornos: Hay vasculitis similares a la panarteritis nudosa en enfermedades como
artritis reumatoidea, lupus eritematoso sistémico, cáncer o enfermedades sistémicas, anticuerpos antifosfolipídicos,
púrpura de Schönlein-Henoch, entre muchas otras (Kumar, 2010).
Las vasculitis infecciosas se producen por llegada directa de un agente infeccioso, principalmente bacterias u hongos,
a la pared de los vasos, los más frecuentes son Aspergillus y Mucor. La invasión vascular puede ser por una infección
tisular circunscrita o por diseminación hematógena de bacterias en una septicemia o embolización de endocarditis
infecciosa (Kumar, 2010).
DISCUSIÓN
En Medicina Legal valoramos el daño que un trauma produce en una persona, es extraordinario ver, como en este
caso, que la vasculitis sea secuela de dicho trauma. En el caso expuesto se puede observar que posterior a un trauma
directo, el paciente evoluciona con una reacción inamatoria local que posteriormente dio paso a una brosis con
aumento en la vascularidad (hallazgo realizado en la primer cirugía), clínicamente presentaba una lesión en la región
donde recibió el trauma que se describía como un área erosionada, exulcerada, con exudación de líquido amarillento
y costra serohemática seca, en otras ocasiones la lesión se encontraba seca, descamativa, sin costra hemática y
también se pudo observar más activa con sangrado, exudación y costrahemática seca (ver fotografías anteriores), el
diagnóstico denitivo se realiza posterior a una biopsia de la lesión donde se reporta que tiene una vasculitis brosante
localizada. Como se describe en la literatura, la vasculitis brosante crónica es una reacción inamatoria de la piel,
inespecíca, caracterizada por vasculitis de pequeños vasos con un patrón de brosis concéntrica, produce una lesión
cutánea solitaria similar a la observada en otras patologías como el eritema elevatum diutinum (las lesiones en estas
son simétricas) o el granuloma facial (lesiones en la cara, como su nombre lo indica) y aunque su etiología está poco
esclarecida, incluso se describe como indenida, se reportan casos que están relacionados con traumas, como se
muestra en el caso antes expuesto y del cual se hace análisis en el presenta artículo.
Como se puede observar, se trata de una patología de difícil diagnóstico clínico y que representa toda un reto para el
establecimiento médico legal de la relación de causalidad, donde las primeras manifestaciones que tuvo el paciente,
aparte del trauma y clínica aguda del mismo, no hacen pensar en una vasculitis y no es, sino hasta el momento en que
aparecen las lesiones externas como se describieron y la realización de la biopsia, que se logra llegar al diagnóstico
de la vasculitis brosante crónica.
Lo expuesto en el presente artículo, demuestra la importancia de estudiar los casos médico legales a profundidad para
poder establecer una adecuada relación de causalidad.