
© 2017. Asociación Costarricense de Medicina Legal y Disciplinas Afines
Medicina Legal de Costa Rica - Edición VirtualVol. 34 (1), Marzo 2017. ISSN 1409-0015
venoso de los vasos afectados. La negatividad para LYVE1 (anticuerpo policlonal contra vasos linfáticos humanos)
y D240 tiende a excluir patología linfática. El diagnóstico diferencial debe realizarse fundamentalmente con la rotura
de bras musculares, infección por larva migrans y enfermedad de Ackerman (granuloma intersticial asociado a
colagenopatías) que cursa con artritis y lesiones cutáneas en forma de placas inltradas y cordones eritematosos,
que constituyen el llamado “signo de la cuerda”. También hay que diferenciarla de una angeítis subaguda, angeítis
por drogas y poliarteritis nodosa. Dichos trastornos son generalmente más dolorosos, tienen signos de inamación y
afectan mayormente arterias
1
.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Aunque es fundamentalmente clínico, el diagnóstico de le enfermedad de Mondor se puede conrmar por medio
ecográco, que evidencia signos directos o indirectos de trombo: presencia de una ecogenicidad interna de la vena
supercial en escala de grises, la ausencia de señal de ujo venoso en el Doppler color y ausencia de colapso de
la vena mediante compresión del transductor. Cabe señalar que todas las herramientas disponibles (ujo de color,
Doppler pulsado, etc) son importantes y mejoran la exploración
7
. La ecografía Doppler muestra en ocasiones vasos
subcutáneos distendidos, con disminución o ausencia de ujo sanguíneo y puede observarse el trombo en casos
agudos. La ecografía eventualmente también es útil para descartar la presencia de una masa compresiva subyacente
1
.
El ultrasonido se ha demostrado ser un medio ecaz para apoyar el diagnóstico de la enfermedad del pene de Mondor.
Los hallazgos en la ecografía son una vena del pene no compresible sin ujo y ausencia de lágrimas de los cuerpos
cavernosos del pene o la túnica albugínea, hematoma, o evidencia de fractura del pene. Su uso ha sido validado y
aceptado por especialidades fuera de la sala de urgencias. Dada la disponibilidad y bajo costo de la modalidad dentro
de la disfunción eréctil, la familiaridad con los hallazgos ecográcos puede conducir al hecho de que los servicios
de emergencia son capaces de diagnosticar rápidamente esta condición rara en la cabecera con relativa certeza
9
. No existe un consenso universal acerca del manejo terapéutico óptimo. La mayoría de los pacientes requieren
tratamiento con medicamentos antiinamatorios no esteroideos. Los estudios han demostrado que la administración
de los agentes antiplaquetarios y heparina no ayudó a aliviar o para prevenir la trombosis local adicional. En caso de
dolor implacable severo, la inltración local de agentes anestésicos puede ser requerida para ayudar en la resolución
de los síntomas. Cuando este tratamiento no es suciente, o en caso de enfermedad recurrente, una trombectomía
o resección venosa supercial puede ser necesario. La combinación de AINE y la inltración local de bupivacaína
al 0,25 % para alcanzar una mejoría notable de los síntomas
12
. Debido a que este proceso tiende a la resolución
espontánea, el tratamiento generalmente es conservador. El dolor suele responder favorablemente a los AINE y calor
local
1
. Las guías recientes sugieren dosis prolácticas o intermedias de heparina de bajo peso molecular durante al
menos 4 semanas
2,11
. Algunos autores sugieren el tratamiento de los síntomas con la aplicación de fármacos locales
o sistémicos de antiinamatorios no esteroides, otros recomiendan la terapia antitrombótica y anticoagulante en las
primeras etapas de la enfermedad
11
. La anticoagulación puede ser indicada cuando exista riesgo protrombótico
asociado, tales como malignidad, exposición a estrógenos y quimioterapia
1
.
CONCLUSIONES
La Enfermedad de Mondor es una enfermedad benigna y autolimitada
1
. Desde su primera descripción en 1939
ha evolucionado desde el punto de vista clínico, patológico, de diagnóstico y tratamiento. Fisiopatológicamente
es importante la alteración en la tríada de Virchow
12
. En todos los casos el examen clínico es el primer paso de
la gestión de diagnóstico
2, 1, 13
junto con el ultrasonido Doppler
1
. Debe de hacerse diagnóstico diferencial con
angeítis subaguda, angeítis por drogas y poliarteritis nodosa; la mayoría de los pacientes requieren tratamiento con
antiinamatorios no esteroideos
12
.