
© 2017. Asociación Costarricense de Medicina Legal y Disciplinas Afines
Medicina Legal de Costa Rica - Edición VirtualVol. 34 (1), Marzo 2017. ISSN 1409-0015
establece el derecho de la mujer a un parto respetuoso de tiempos biológicos y psicológicos para evitar abusos, tipo
prácticas invasivas o medicalización innecesaria, tanto para la persona que habrá de nacer o para la propia parturienta.
Con posterioridad, en el año 2009, y nuevamente en Argentina fue aprobada la Ley 26.485 o “Ley de protección
integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales”
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. De acuerdo con esta nueva ley, la violencia obstétrica, es considerada como un tipo de
violencia en la que incurren no sólo los profesionales que intervienen durante el momento del parto, sino también a
todo el personal que forma parte de un servicio y que tiene trato con la mujer gestante. Además, la norma referida,
especica que la violencia obstétrica no sólo implica violencia física, sino también violencia psíquica.
Igualmente, en abril de 2014, otro país americano, concretamente México reconoció expresamente el esfuerzo para
erradicar la violencia obstétrica como un desarrollo a favor de la igualdad de género, unicando sus criterios a los de
otros países como
Argentina o Venezuela, en la lucha contra una de las formas más frecuentes y desapercibidas de
violencia. El Senado mejicano aprobó modicar la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres y la Ley de Derecho de
la Mujer a una Vida Libre de Violencia, a n de ofrecer mayores garantías a las trabajadoras y mejorar la protección
de la madre en la atención médica, ambas durante el embarazo, parto y puerperio, siendo por tanto posible castigar la
violencia obstétrica al tipicar como delito toda acción u omisión por parte del personal médico y de salud que dañe,
lastime, denigre o cause la muerte a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio.
Signicativa es la referencia a la negligencia en cuanto a la atención médica que se muestre con un trato deshumanizado,
basado en un abuso de medicalización o de los procesos naturales, como práctica del parto por vía de cesárea, pese
a existir condiciones para el parto natural; igualmente con el uso de métodos anticonceptivos o esterilización sin que
medie el consentimiento de la mujer; u obstaculizar sin causa médica justicada el apego precoz del niño o niña con
su madre, negándole la posibilidad de amamantarlo inmediatamente después de nacer
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.
A nivel supranacional, también se han redactado documentos por parte de organismos internacionales con
responsabilidades en el campo de la violencia de género, como la Guía de cuidados en el parto normal de la OMS de
1996
20
.
Llegados a este punto, esta revisión quedaría incompleta si no se hiciera mención a las recomendaciones que
recientemente ha otorgado la relevante institución británica “National Health Service”, conocida como “The Nacional
Institute for Health and Clinical Excellente” (NICE), acerca de la notable evidencia de una mayor seguridad en partos
asistidos en unidades dirigidas por matronas que en una unidad hospitalaria, siempre y cuando se traten de procesos
asistenciales dirigidos a mujeres con bajo riesgo gestacional, salvo en casos de que la gestante sea primeriza. Esta
conclusión es alcanzada tras valorar que la tasa de intervenciones es menor y los resultados para el recién nacido
nada dieren a los propios del proceso en una unidad obstétrica. En torno al 45 por ciento de las mujeres gestantes
poseen un bajo riesgo de padecer complicaciones durante su embarazo. En todo caso, los profesionales de la salud
deben informar a las mujeres de las opciones asistenciales disponibles y poner en su conocimiento que poseen el
derecho a elegir libremente donde pueden dar a luz
21
.
DISCUSIÓN
Las organizaciones pro-parto humanizado, critican sólidamente ciertas actitudes paternalistas de los profesionales
de la salud respecto a las mujeres
22
. Estas actitudes están asociadas con las formas ya descritas hacia la mujer,
vulnerando así los derechos humanos, potenciando la desigualdad entre hombres y mujeres, y por ende, retomando