
REVISTA MEDICINA LEGAL DE COSTA RICA ISSN 2215 -5287 Vol. 36 (2) Septiembre 2019
A pesar de tener un mecanismo de acción similar a la warfarina, los LAAR tienen una potencia 100 veces
mayor que la warfarina debido a su mayor afinidad por tejido hepático y su lipofilicidad. Estas
características distintivas se basan en algunos cambios de la estructura química entre ambos componentes
(4). El éxito del efecto para control de plagas de los LAAR yace en su alta solubilidad en tejido graso, la
gran afinidad por el tejido hepático y su gran afinidad por las enzimas hepáticas (4,6).
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas de las intoxicaciones por LAAR suelen ser inespecíficas en un inicio; como
náuseas, dolor abdominal, vómitos, mareos y debilidad (4,8). Posteriormente, de 3-9 días posterior a la
exposición aguda, se presentan las manifestaciones hemorrágicas, una vez que los factores dependientes de
la vitamina K se han depletado (4). Las manifestaciones hemorrágicas son explicadas por una excesiva
anticoagulación. Algunas manifestaciones son: sangrado subconjuntival, hematuria, equimosis, epistaxis,
hematemesis, melena, sangrado intracraneal, entre otras (5). Sin embargo, se ha descrito que las más
frecuentes corresponden en orden a: hematuria, gingivorragia, epistaxis y sangrado gastrointestinal (4).
Se ha descrito que la mayoría de las intoxicaciones en niños no suelen causar sintomatología debido a la
pequeña cantidad de rodenticida ingerida de forma accidental por los pacientes pediátricos menores a 6 años
(5).
Además se ha clasificado la severidad de las intoxicaciones en leve, moderado y severo. Se habla de una
intoxicación leve cuando únicamente existen manifestaciones locales como vómitos, nauseas, diarrea y
dolor abdominal (1). La intoxicación moderada corresponde a manifestaciones hemorrágicas que no ponen
en riesgo la vida del paciente (1). Finalmente la intoxicación grave es aquella presenta hemorragias que
comprometen la vida del paciente; como hemorragia digestiva masiva, sangrados intracraneales o sangrado
pulmonar (1).
Algunas complicaciones crónicas corresponden a hemartrosis, síndrome compartimental, hemotórax y
coagulopatía crónica (8).
Abordaje diagnóstico y tratamiento
Una vez que el paciente se encuentra en un centro médico es importante determinar la severidad del cuadro
clínico, la cantidad de toxico ingerida y la causalidad del evento. Estos datos son importantes para valorar
posteriormente el manejo clínico del caso (8). Es importante conocer que existen algunos factores que
aumentan el riesgo de sobreanticoagulación corresponden a: alteración de la función hepática de base,
hipoalbuminemia, consumo de alcohol, interacciones farmacológicas y algunos polimorfismos genéticos
(CYP2C9 y VKORC1) (10).
No se recomienda de forma rutinaria el lavado gástrico. Se recomienda una dosis única de carbón activado,
debido a que sí ha demostrado disminuir la absorción de warfarina y brodifacoum en vitro, si es administrado
en un plazo de hora posterior a la exposición (5).
No existen pruebas de laboratorio específicas para las intoxicaciones con LAAR. Sin embargo, se puede
iniciar un abordaje diagnóstico con la medición de los tiempos de coagulación (TP, TPP e INR). Debido a
que múltiples patologías pueden alterar estos parámetros de laboratorio, muchas veces la sospecha clínica
de intoxicación por LAAR se atrasa (2,10).