
REVISTA MEDICINA LEGAL DE COSTA RICA ISSN 2215 -5287 Vol. 36 (1) Marzo 2019
izquierdo y 16.6% bilateral),
5
el cual cruza de
derecha a izquierda a nivel de T3-T4.
10
La pérdida rápida de quilo se asocia con
hipovolemia y dificultad respiratoria a medida que
el espacio pleural se expande y colapsa el pulmón.
Los pacientes pueden presentar desnutrición
debido a la pérdida de proteínas, grasas y
vitaminas liposolubles. La depleción de
electrolitos puede llevar a hiponatremia e
hipocalcemia.
5,10
En ciertas patologías como el linfoma, la primera
manifestación puede ser un quilotórax que se
descubre de forma incidental en una radiografía
torácica.
5
Es necesario establecer la diferencia con el
pseudoquilotorax, el cual también presenta una
acumulación en el espacio pleural de un líquido
lechoso; pero que no contiene quilomicrones y se
caracteriza más bien por la presencia de colesterol
(> 200 mg/dL) y complejos de lecitina-
globulina.
10
La pérdida significativa de inmunoglobulinas,
linfocitos T y proteínas resultan en
inmunosupresión con la consecuente
predisposición a infecciones por agentes
oportunistas.
5
Fármacos como la digoxina y la
amiodarona pueden no alcanzar sus niveles
terapéuticas debido a su pérdida a través del
quilo.
5
La tasa de mortalidad ha mejorado
importantemente, considerando que en 1948 era
de aproximadamente un 50%. Lo cual es
atribuido a un manejo más agresivo. Actualmente
los quilotórax con etiología maligna y los
bilaterales son los que presentan el peor
pronóstico.
5
DIAGNÓSTICO
La sospecha clínica es muy importante en el
proceso diagnóstico. La Investigación de un
presunto quilotórax comienza con la confirmación
del diagnóstico mediante el análisis del líquido
pleural, seguido por la identificación del posible
sitio de la fuga,
5
siendo fundamental establecer la
etiología.
La prueba diagnóstica definitiva es la
toracocentesis, con el análisis de laboratorio del
líquido pleural. El color del líquido puede ser
engañoso, ya que sólo el 44% de los casos
muestran el clásico aspecto blanco lechoso,
2
mientras que otros son de aspecto seroso, sero-
hemático, amarillento, verduzco o francamente
hemático, ya que puede estar manchado con
sangre después de un trauma grave, o que el
paciente aún esté bajo ayuno, también puede
deberse a desnutrición.
2,5
Por lo tanto el análisis
de laboratorio es necesario. El diagnóstico exacto
del quilotórax se basa en la presencia de
quilomicrones en el líquido pleural, sin embargo
en ocasiones ha sido demostrada la presencia de
quilomicrones en el hemotórax inmediatamente
después de una comida, caso en el que procede
repetir la toracocentesis después de varias horas
de ayuno.
5
Cuando no se dispone de la capacidad para
demostrar la presencia de quilomicrones, entonces
se dependerá de la cuantificación de los niveles
de colesterol y triglicéridos en el líquido
pleural. De esta manera, concentraciones de
triglicéridos > 110 mg / dL (1,24 mmol / L) y
colesterol < 200 mg / dL (5,18 mmol / L) son
diagnósticos
de quilotórax.
5
Cuando el paciente está en ayuno
prolongado y particularmente si se encuentra en
estado postoperatorio puede ser que se omita el
diagnóstico si sólo se basa en la cuantificación de
triglicéridos y colesterol.
2
Los pacientes en post-operatorio reciente de
cirugía torácica o con derrames postraumáticos
deben ser vigilados cuidadosamente, en particular
aquellos con drenaje persistente a través de la
sonda torácica.
Además debe determinarse las concentraciones de
proteínas y DHL en el líquido pleural. Maldonado
y su grupo encontraron en un análisis
retrospectivo que en 86% de los quilotórax, el
líquido pleural era exudado y 14% transudado,
este último grupo asociándose con patologías
concomitantes como cirróticos, trastornos
linfoproliferativos, cáncer de páncreas, lesión por
radiación y pacientes sin etiología identificable.
2,5
Los niveles elevados de DHL obligan a investigar
por otras etiologías como cirrosis hepática.
5
Los pacientes que no presenta traumatismo se les
debe realizar tomografía de abdomen y tórax en