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Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 4 (1): e2025222, Enero-Diciembre, 2025
(Publicado Nov. 20, 2025)
Resistencia a la insulina en niños y adolescentes según el índice
triglicéridos-glucosa en la CCSS durante el 2024
Insulin resistance in children and adolescents according to the
triglyceride-glucose index in the CCSS during 2024
Marianella Víquez Garro1; https://orcid.org/0009-0000-4571-8890
1. Médico especialista en Administración de Servicios de Salud, Caja Costarricense de Seguro Social; mviquezg@ccss.sa.cr
Recibido 04 de agosto de 2025 • Aceptado 05 de noviembre de 2025
RESUMEN
Objetivo: analizar en la población de niños y adolescentes de 9 a 11 años atendidos en la Caja Costarricense de Seguro
Social (CCSS) el comportamiento del índice triglicéridos-glucosa (índice TyG) y su relación con factores como el aumento
de peso.
Métodos: se hizo un estudio cuantitativo, no experimental, descriptivo, en una población de hombres y mujeres con
edades entre los 9 y 11 años, con al menos una consulta en el primer nivel de atención de la CCSS durante el año 2024.
Resultados: el 72% de los menores en estudio presentó riesgo por al menos uno de los índices, siendo el TyG el más sen-
sible (67%), especialmente en personas con sobrepeso u obesidad. El análisis ROC reveló una capacidad discriminativa
moderada para el TyG (AUC = 0,622) y limitada para el índice de comorbilidad modicado (ICM) (AUC = 0,578). Además,
se observó un mayor riesgo en la población femenina, lo que sugiere diferencias metabólicas por sexo. Los percentiles de
TyG en la población costarricense fueron superiores a los reportados en el ámbito internacional, lo que deja en evidencia
la necesidad de establecer puntos de corte locales.
Conclusión: el TyG es una herramienta útil, accesible y de bajo costo para el tamizaje temprano de resistencia a la insulina
en contextos clínicos y epidemiológicos, mientras que el ICM puede complementar la evaluación en subgrupos especí-
cos. Los hallazgos respaldan la implementación de estrategias preventivas diferenciadas y multisectoriales para abordar
el riesgo metabólico infantil.
Palabras clave: Resistencia a la Insulina, Triglicéridos, Índice Glucémico, Obesidad Infantil, Atención Primaria de Salud,
Niño, Factores de Riesgo, Costa Rica.
ABSTRACT
Purpose: analyze the behavior of the triglyceride-glucose index (TyG index) and its relationship with factors such as
weight gain, in a population of children and adolescents aged 9 to 11, treated at Costa Rican Social Security System
(CCSS).
Methods: a quantitative, non-experimental, descriptive study was conducted in a population of men and women aged
between 9 and 11 years, with at least one consultation at the first level of care of the CCSS during 2024.
Results: 72% of the children and adolescents in the study presented risk due to at least one of the indicators, with
TyG being the most sensitive (67%), particularly among overweight and obese people. ROC analysis showed moderate
discriminative ability for TyG (AUC = 0,622) and limited performance for modified comorbidity index (MCI) (AUC = 0,578).
Additionally, a higher risk was observed in the female population, suggesting sex-based metabolic differences. TyG
percentiles in the Costa Rican pediatric population were higher than international references, highlighting the need for
locally adapted cut-off points.
Conclusions: TyG is a practical, low-cost tool for early screening of insulin resistance in clinical and epidemiological
settings, while ICM may serve as a complementary measure in specific subgroups. These findings support the
implementation of differentiated and multisectoral preventive strategies to address childhood metabolic risk.
Keywords: Insulin Resistance, Triglycerides, Glycemic Index, Pediatric Obesity, Primary Health Care, Child, Risk Factors,
Costa Rica.
https://doi.org/10.62999/mgaqv166
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INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan
la principal causa de mortalidad a nivel mundial, con aproxi-
madamente 17,9millones de defunciones anuales según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) (1).
En general, se han identificado diversos factores que in-
crementan el riesgo de aparición de ECV, entre los que se en-
cuentran la elevación de componentes del perfil de lípidos, el
aumento de peso, el síndrome metabólico y las enfermeda-
des crónicas no transmisibles (1,2).
Un factor que contribuye al desarrollo de enfermedades
crónicas no transmisibles, como la diabetes mellitus tipo 2,
las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer,
es la resistencia a la insulina (3,4). Esta resistencia se presenta
cuando los tejidos periféricos pierden su capacidad de res-
puesta a la acción de la insulina, afectando el metabolismo
de la glucosa, situación que es particularmente común en las
personas con obesidad (4).
En algunos países se ha establecido el índice triglicéri-
dos-glucosa (TyG) como un marcador de resistencia a la insu-
lina en personas no diabéticas (2,3,5-7). Este ha demostrado
ser un método útil para la detección temprana de la resisten-
cia a la insulina. Además, al compararlo con el clamp euglu-
cémico-hiperinsulinémico, se ha observado que tiene buena
sensibilidad y especificidad para la detección de la resistencia
a la insulina (5-7). La base teórica para su uso radica en que la
hipertrigliceridemia es la dislipidemia más frecuente y que el
aumento de este componente del perfil de lípidos interfiere
en el metabolismo de la glucosa a nivel muscular (5,6).
Considerando que en la población infantil y adolescente
hay una tendencia creciente hacia el sobrepeso y la obesidad,
resulta necesario analizar el comportamiento del índice TyG
en estos grupos, especialmente tomando en cuenta que no
existen estudios nacionales al respecto.
Por otra parte, se ha visto que al hacer un análisis de los
resultados del índice TyG en conjunto con variables como el
índice de masa corporal (IMC) o la circunferencia abdominal,
se logra mejorar el valor predictivo del riesgo metabólico de
estos pacientes (3); esto se conoce como índice de comorbili-
dad modificado (ICM).
El ICM es una herramienta adaptada del índice de comor-
bilidad de Charlson, índice más conocido y utilizado en me-
dicina para evaluar la carga de comorbilidades en pacientes
y predecir la mortalidad a largo plazo (8,9). El ICM combina
marcadores metabólicos para evaluar el riesgo de enferme-
dades crónicas y mortalidad, como el TyG con otras variables
(3,10,11).
Partiendo de este contexto, el presente estudio tiene
como objetivo determinar la prevalencia de resistencia a la
insulina en la población infantil y adolescente de 9 a 11 años
según índices de riesgo preestablecidos. El propósito es
contribuir al diseño de intervenciones preventivas en salud
cardiovascular que busquen la identificación temprana del
riesgo de resistencia a la insulina en preadolescentes y ado-
lescentes, utilizando indicadores clínicos accesibles para el
primer nivel de atención.
METODOLOGÍA
Se realizó un estudio de tipo cuantitativo, no experi-
mental, descriptivo. La población incluida fueron hombres y
mujeres con edades entre los 9 y 11 años, con al menos una
consulta en el primer nivel de atención de la Caja Costarricen-
se de Seguro Social (CCSS) durante el año 2024.
Los criterios utilizados para la inclusión de los menores
en la población de estudio fueron los siguientes:
Tener al menos una consulta en el Expediente Digital
Único en Salud (EDUS) en el primer nivel de atención en
medicina general o medicina familiar.
Contar con registro de peso y talla válidos para el cálculo
del estado nutricional.
Contar con un perfil de lípidos completo realizado en el
2024.
Contar con una glicemia realizada en la misma fecha del
perfil de lípidos.
No tener registrado en los últimos tres años el diagnóstico
de diabetes mellitus.
Por otra parte, se excluyeron todos aquellos menores
que a pesar de contar con peso y talla acorde a la edad, te-
nían un índice de masa corporal (IMC) en un rango superior
a 70, lo cual se consideró como una inconsistencia producto
del registro inadecuado de alguna de las variables necesarias
para el cálculo del IMC.
Conformación de la base de datos
Para la construcción de la base de datos se utilizó el cubo
DCSS EPSS-Tamizajes del EDUS, desde el cual se recuperaron
los registros de atención de población infantil y adolescente
entre 9 y 11 años, atendidos en el primer nivel de atención
de la CCSS durante el periodo comprendido entre enero y di-
ciembre de 2024.
Se incluyeron todas las áreas de salud adscritas a las Re-
des Integradas de Prestación de Servicios de Salud (RIPSS).
Las variables seleccionadas para la conformación inicial de la
base fueron: edad, fecha de atención, centro de salud, peso,
talla, perfil lipídico y glicemia.
Posteriormente, se aplicaron criterios de depuración
para garantizar la unicidad de los registros por paciente. En
los casos con una única atención en el año, se conservó ese
registro. Para pacientes con múltiples atenciones, se seleccio-
nó la primera consulta del año si el estado nutricional se man-
tuvo constante; en caso de variabilidad, se eligió la primera
consulta correspondiente a la clasificación predominante.
Cuando no hubo predominancia, se conservó la primera
atención registrada.
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Estado nutricional
Para el cálculo del estado nutricional, se utilizaron los cri-
terios establecidos en el Manual de Procedimientos para la
Atención Integral del Niño y la Niña del Primer Nivel de Aten-
ción de la CCSS (12) (Cuadro 1).
Cuadro 1
Criterios para la interpretación del estado nutricional.
Clasicación del estado nutricional Rango IMC
Desnutrición severa <-3 pZ
Desnutrición >-3pZ a <-2 pZ
Normal >-2 pZ a <+1pZ
Sobrepeso >+1 a <+2 pZ
Obesidad >+2 pZ
Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social. Manual de Procedimientos para la Atención
Integral del Niño y la Niña del Primer Nivel de Atención. San José: CCSS; 2016.
Con el fin de facilitar el análisis de los resultados del es-
tado nutricional con las otras variables del estudio, se agru-
paron en dos categorías: Desnutrición/Normal y Sobrepeso/
Obesidad.
Resultados de pruebas de laboratorio clínico
Los datos correspondientes a los resultados de laborato-
rio clínico se obtuvieron a partir de los sistemas instituciona-
les de la CCSS, específicamente:
• Labcore®.
Sistema Integrado de Laboratorio Clínico (SILC).
Sistema Integrado de Expediente en Salud (SIES).
Se recuperaron los valores de perfil lipídico completo y
glicemia en ayunas, correspondientes al año 2024, vincula-
dos a los pacientes incluidos en la base de datos del estudio.
Los rangos de referencia utilizados para la interpretación
de los resultados se basaron en los criterios establecidos en el
Manual de Procedimientos para la Atención Integral del Niño
y la Niña del Primer Nivel de Atención (12), los cuales se pre-
sentan en los cuadros 2 y 3.
Cuadro 2
Criterios para la interpretación del perl lipídico en niños
y adolescentes (mg/dL)
Componente Deseable Subóptimo Riesgo aumentado
Colesterol total <170 170-199 >200
Colesterol-LDL <110 110-129 >130
Colesterol-HDL >45 40-45 <40
Triglicéridos (0 a 9 años) <75 75-99 >100
Triglicéridos (10-19 años) <90 90-129 >130
Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social. Manual de Procedimientos para la Atención
Integral del Niño y la Niña del Primer Nivel de Atención. San José: CCSS; 2016.
Cuadro 3
Criterios para la interpretación de la glicemia en ayunas (mg/dL)
Clasicación Rango de la glicemia
Normal <100
Intolerancia a los carbohidratos 100-125
Sospecha de diabetes mellitus >126
Diabetes mellitus >200
Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social. Manual de Procedimientos para la Atención
Integral del Niño y la Niña del Primer Nivel de Atención. San José: CCSS; 2016.
Índices para el cálculo de resistencia a la insulina
Para el cálculo de resistencia a la insulina en la población
estudiada, se utilizaron dos índices validados internacional-
mente: el índice triglicéridos-glucosa (TyG) y el índice de co-
morbilidad modificado (ICM).
El índice TyG se calculó con la siguiente fórmula:
TyG = Logn [TG (mg/dL) × G (mg/dL)/ 2]
Donde: Logn= logaritmo natural; TG= triglicéridos; G=
glicemia.
El ICM, por su parte, se obtuvo multiplicando el valor de
TyG por el IMC:
ICM= TyG x IMC
Para clasificar a los menores como en riesgo de resisten-
cia a la insulina, se emplearon los puntos de corte validados
en el estudio de Reckziegel et al. (3), efectuado en población
adolescente brasileña. En específico, se consideraron los si-
guientes puntos de corte para el grupo de 10 a 12 años:
TyG: >8,07
ICM: >168,01
Adicionalmente, se utilizaron los percentiles de TyG por
grupo etario como referencia comparativa para caracterizar la
distribución de los valores en la población costarricense. Esta
doble aproximación permitió identificar subgrupos con ries-
go de resistencia a la insulina elevado, incluso en casos don-
de uno de los índices se encontraba dentro del rango normal.
Con el objetivo de evaluar la capacidad discriminativa
de los índices TyG e ICM para identificar riesgo de resistencia
a la insulina en la población estudiada, se realizó el análisis
de curvas ROC (Receiver Operating Characteristic). A partir
de estas curvas, se calculó el área bajo la curva (AUC) como
medida resumen del rendimiento diagnóstico. Asimismo, se
determinó el punto de corte óptimo mediante el índice de
Youden, y se estimaron los valores de sensibilidad y especifi-
cidad correspondientes.
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RESULTADOS
Durante el 2024 se atendieron en total 104229 menores
en el primer nivel de atención de la CCSS. De estos, 47602
(46%) cumplían con todos los requisitos necesarios para for-
mar parte del estudio; el 49% eran mujeres y el 51% hombres.
Al realizar el cálculo del estado nutricional, se encontró
que el mayor porcentaje de la población estaba en el grupo
Desnutrición/Normal, en el cual predominaron las mujeres
(Figura 1).
A partir de los resultados de laboratorio de los perfiles de
lípidos y las glicemias, se hizo el cálculo de los menores con
resistencia a la insulina, con un resultado de 72% (34130) de
los menores en riesgo por al menos uno de los dos índices.
Al revisar estos resultados para cada uno de los índices, se
obtuvo que un 67% (32072) presentaban riesgo por el TyG y
un 36% (17165) por el ICM.
La distribución detallada de estos resultados fue la
siguiente:
Menores identificados con resistencia a la insulina por
ambos índices: 15107.
Menores identificados con resistencia a la insulina solo
por el índice TyG: 16965.
Menores identificados con resistencia a la insulina solo
por el índice ICM: 2058.
Al revisar los resultados generales por sexo, se encontró
que el 53% correspondía a mujeres y el 47% a hombres.
Por otra parte, se valoró el resultado de resistencia a la
insulina por sexo para cada uno de los índices. En el caso del
TyG, en el grupo de las mujeres un 73% (17211) presentaban
riesgo, mientras que en la población masculina este resultado
fue de 62% (14861). En cuanto al índice de comorbilidad mo-
dificado (ICM), el cálculo del riesgo según el sexo mostró una
distribución equitativa: 50% hombres y 50% mujeres.
Sobre la relación de los índices con los resultados de
las glicemias, se identificaron 3643 menores con glicemias
clasificadas en riesgo, es decir, con un resultado por encima
del valor normal, los cuales se distribuyeron de la siguiente
forma:
1 537 estaban incluidos entre los pacientes con riesgo
por resistencia a la insulina en ambos índices. El 95% de
estos menores tenían su estado nutricional clasificado
como Sobrepeso/Obesidad.
1401 presentaban riesgo solo por el índice TyG. En estos
menores se encontró que su condición de riesgo estaba
relacionada con valores de triglicéridos cercanos a ran-
gos de riesgo o con triglicéridos en rango normal asocia-
dos a glicemias en sospecha de diabetes mellitus.
123 tenían riesgo solo por el índice ICM. La característi-
ca principal de este grupo fue el presentar sobrepeso u
obesidad, pero con perfiles de lípidos en rango acepta-
ble, por lo cual los resultados del TyG quedaron fuera del
corte para clasificarlos como riesgo.
582 menores no quedaron clasificados en ninguno de los
dos grupos de riesgo para índices evaluados. De estos, 92
(15%) tienen una segunda glicemia en rango normal, 34
(6%) tienen una segunda glicemia alterada y del resto
no se cuenta con más información. Además, 454 (78%)
tienen clasificación del estado nutricional como normal
Desnutrición/Normal y 128 (22%) se clasificaron como
Sobrepeso/Obesidad.
Figura 1. CCSS: Población de 9 a 11 años atendida en el primer nivel de atención de la CCSS, según sexo y estado nutricional, enero-diciembre 2024.
Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social. Evaluación de la Prestación de Servicios de Salud. San José: CCSS, DCSS; 2024.
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Al comparar los datos del estado nutricional según la cla-
sificación establecida con los resultados de los menores en
riesgo para resistencia a la insulina según el índice TyG, se en-
contró que el 78% de la población con Sobrepeso/Obesidad
tenía riesgo por este índice, mientras que en el grupo clasi-
ficado como Desnutrición/Normal el porcentaje de menores
en riesgo por TyG fue de 59%.
Al comparar los percentilos obtenidos con los resultados
del índice TyG en población infantil y adolescente entre 9 y 11
años en la CCSS con respecto a aquellos del estudio realizado
en Brasil por Reckziegel et al. (3), se encontró que los valores
de los percentilos para Costa Rica fueron más elevados que
aquellos obtenidos en Brasil (Cuadro 4).
Cuadro 4
CCSS: Resultados del índice TyG según percentilos para población de 9 a 11
años vs. resultados del estudio Reckziegel et al., enero-diciembre 2024
Percentilos
Valores obtenidos
en la CCSS
Estudio Reckziegel et al.,
Brasil
9-11 años 10-12 años
P95 9,16 8,67
P90 8,96 8,46
P80 8,71 8,25
P75 8,62 8,18
P70 8,54 8,14
P60 8,41 8,03
P50 8,28 7,95
P40 8,16 7,82
P30 8,03 7,72
P25 7,96 7,66
P20 7,88 7,56
P10 7,69 7,35
P5 7,54 7,11
Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social. Evaluación de la Prestación de Servicios de
Salud. San José: CCSS, DCSS; 2024.
Además, se encontró que del total de los menores en es-
tudio un 2% (1014) tenía resultados elevados en todas las
variables: su estado nutricional se estableció en sobrepeso u
obesidad; al menos un resultado del perfil de lípidos estaba
en alto riesgo; el resultado de la glicemia se encontraba por
encima de lo normal; y tanto el índice de TyG como el del ICM
eran superiores a los puntos de corte.
En lo que respecta al análisis ROC del índice TyG, este
mostró un área bajo la curva (AUC) de 0,622, con un punto
de corte óptimo de 8,18. A este umbral, la sensibilidad fue
de 0,75 y la especificidad de 0,42, con una precisión global
del 44,4%.
Por otro lado, el análisis de la curva ROC para el ICM, en
relación con la detección de glicemia elevada, mostró una ca-
pacidad de discriminación limitada, con un AUC de 0,578. El
punto de corte óptimo determinado mediante el índice de
Youden fue de 158,25, con una sensibilidad de 0,54 y una es-
pecificidad de 0,57. Estos valores sugieren que el ICM, en este
umbral, identifica de manera correcta alrededor del 54% de
los casos positivos y excluye adecuadamente el 57% de los
negativos, lo que podría ser útil como herramienta comple-
mentaria en la evaluación de la resistencia a la insulina, aun-
que con restricciones en su precisión diagnóstica.
DISCUSIÓN
Desde un enfoque de salud pública, el análisis realizado
muestra que el índice TyG es un instrumento efectivo para
la detección temprana de la resistencia a la insulina en pre-
adolescentes y adolescentes. Este índice se considera una
herramienta práctica, no invasiva, efectiva y de bajo costo.
Diferentes estudios han demostrado su utilidad para la eva-
luación de la resistencia a la insulina en las personas y a partir
de ahí identificar a la población en riesgo de presentar diabe-
tes mellitus (5,7,13).
Sobre este tema, el índice TyG mostró una mayor sen-
sibilidad, al identificar el riesgo en un 67% de los menores,
mientras que el ICM detectó solo un 36%. Esto coincide con
lo descrito en la literatura, donde se ha señalado al TyG como
un marcador robusto para la detección temprana de resisten-
cia a la insulina. Estudios efectuados en poblaciones prepu-
berales y puberales han establecido ya puntos de corte que
fueron validados con indicadores como el Homeostasis Model
Assessment (HOMA), una herramienta clave para evaluar as-
pectos del metabolismo de la glucosa, como la resistencia a la
insulina (14). No obstante, al combinar ambos indicadores se
logró identificar subgrupos que podrían no estar clasificados
como de riesgo si se hubiese empleado un solo indicador, lo
cual respalda la utilidad de su aplicación complementaria.
Un hallazgo clave en el índice TyG fue que la población
femenina presentó un mayor riesgo de resistencia a la insu-
lina (73%) en comparación con los hombres (62%), lo cual
coincide con estudios que han documentado una mayor sus-
ceptibilidad femenina a las alteraciones metabólicas. En el
estudio realizado por Jeffery et al. en una población entre 5 y
14 años (15), se encontró que las mujeres presentaron mayor
resistencia a la insulina en todos los grupos de edad. Asimis-
mo, Tester et al., en su estudio en un grupo de personas con
edades entre los 2 y los 19 años (16), observaron una mayor
predominancia de la población femenina a presentar resis-
tencia a la insulina.
Por otro lado, el análisis conjunto del estado nutricional
y los índices de riesgo confirman la estrecha relación entre
el exceso de peso y la resistencia a la insulina. En el grupo
con sobrepeso u obesidad, un 78% presentó riesgo por TyG,
mientras que en el grupo con peso normal o desnutrición el
porcentaje descendió a 59 %. Estos datos refuerzan la evi-
dencia de que el exceso de peso infantil constituye un factor
determinante en la función metabólica y sus posibles altera-
ciones (3-18). No obstante, el riesgo encontrado en el grupo
con peso normal advierte sobre la necesidad de vigilancia
universal y no únicamente focalizada en la población con ex-
ceso de peso.
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Los resultados de glicemias elevadas en algunos de los
menores clasificados con riesgo de resistencia a la insulina y
que posteriormente presentaron glicemias en rangos norma-
les, podría ser un indicativo de que algún porcentaje de la
población esté llegando a hacerse las pruebas de laboratorio
sin el ayuno adecuado, y eso pudiera estar afectando los re-
sultados para el índice TyG. Sin embargo, deberán realizarse
análisis más profundos, ya que en este caso solo un 2% del
grupo cuenta con una segunda glicemia para valoración, lo
cual no es representativo.
Por otro lado, al aplicar en la población infantil y adoles-
cente costarricense los puntos de corte validados por Reckzie-
gel et al. para la población brasileña (3), un alto porcentaje de
los menores evaluados (72%) presentó riesgo por resistencia
a la insulina en al menos uno de los índices utilizados (TyG o
ICM), superando los porcentajes reportados a nivel interna-
cional. Por ejemplo, un estudio realizado en Turquía en niños
y adolescentes con obesidad, con edades entre los 7 y los 18
años, en el que se utilizó el índice HOMA, se reportó un 29%
de prevalencia en la resistencia a la insulina (19). Otro estudio
realizado en México, en el cual se empleó el índice HOMA-IR
en una población de preadolescentes y adolescentes obesos,
con edades entre los 11 y los 13 años, se determinó que el
51% de la población del estudio presentaban resistencia a la
insulina (20).
Este alto porcentaje de menores que resultaron con
resistencia a la insulina, aunado a que los resultados de los
percentilos obtenidos en la población costarricense fueron
superiores a los registrados en el estudio efectuado en Brasil,
sugiere que los puntos de corte internacionales podrían so-
breestimar el riesgo real a nivel nacional. Este hallazgo respal-
da la necesidad de hacer validaciones locales que reflejen las
características propias de la población infantil costarricense.
Por otra parte, el uso del ICM reforzó la utilidad del TyG,
al integrarlo con el índice de masa corporal, permitiendo
mejorar la capacidad predictiva en algunos subgrupos, espe-
cialmente en menores con glicemias elevadas, pero con TyG
en rango normal. Estos hallazgos concuerdan con diferentes
estudios que han demostrado que al cruzar variables como el
índice de masa corporal y la circunferencia abdominal con el
TyG se incrementa la capacidad diagnóstica y discriminatoria
de este último (3,10).
Finalmente, aunque el índice TyG mostró una capacidad
discriminativa moderada (AUC = 0,622), su alta sensibilidad
lo posiciona como una herramienta útil para el tamizaje tem-
prano de resistencia a la insulina en adolescentes, sobre todo
en contextos de atención primaria. La baja especificidad su-
giere que debe complementarse con otros indicadores clí-
nicos para mejorar la precisión diagnóstica. En contraste, el
ICM mostró valores significativamente más bajos, lo que indi-
ca que su utilidad como marcador aislado es limitada. Estos
hallazgos respaldan el uso del índice TyG como herramienta
preferente en contextos clínicos o epidemiológicos donde
se requiere una evaluación eficiente del riesgo metabólico,
mientras que el ICM podría considerarse como complemento
en modelos multivariables o en estudios de comorbilidad
más amplios.
CONCLUSIONES
El índice TyG es un indicador útil, práctico y accesible
para evaluar el riesgo de resistencia a la insulina en la po-
blación pediátrica no diabética en Costa Rica. Los resultados
obtenidos muestran que un alto porcentaje de la población
infantil y adolescente está en riesgo, especialmente en el gru-
po de los menores con sobrepeso u obesidad, lo cual refleja
la necesidad de establecer estrategias preventivas tempra-
nas. Debido a que la población femenina presenta un mayor
porcentaje de resistencia a la insulina, las estrategias que se
determinen deberán ser diferenciadas según sexo.
El presente estudio ofrece una base para el desarrollo de
estrategias en las que se prioricen aquellas poblaciones de
mayor riesgo. Sin embargo, deberán hacerse más estudios
para determinar los puntos de corte específicos para la po-
blación preadolescente y adolescente costarricense, ya que
los parámetros internacionales podrían no estar reflejando
la realidad nacional. En este estudio se demostró que a nivel
nacional el índice TyG con un punto de corte de 8,18 permite
identificar adolescentes con alto riesgo de resistencia a la in-
sulina, reduciendo la sobreestimación que resulta al emplear
puntos de corte establecidos en otros países.
En general, se recomienda el uso del índice TyG como he-
rramienta de tamizaje acompañada de otros criterios clínicos,
como el uso del ICM, que ha dejado en evidencia el valor de
emplear enfoques integrales que combinen múltiples indica-
dores clínicos para mejorar la detección y la prevención de la
enfermedad ateroesclerótica de forma temprana y oportuna.
Finalmente, es importante resaltar que los resultados
obtenidos fundamentan la necesidad de implementar po-
líticas públicas para el abordaje de esta población, las cua-
les, sin duda, deberán trascender los servicios de salud. Los
gobiernos locales, el sistema educativo y las familias deben
involucrarse, ya que su papel es crucial en la prevención de la
obesidad infantil y la promoción de estilos de vida saludables.
CONFLICTO DE INTERESES
La autora declara no tener conflicto de intereses.
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