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Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 3 (1): e207, Enero-Diciembre, 2024
(Publicado Oct. 07, 2024)
han sido reportados en lechuga, apio, culantro, fresas y mo-
ras, obtenidas en ferias del agricultor del valle central (9).
De acuerdo con lo señalado en el estudio realizado por
Rodríguez y Abrahams (5), el caso reportado coincide con la
época estacional de invierno y el aumento de las lluvias, por
lo que el factor de riesgo epidemiológico temporal es clave
en la incidencia de casos. Por otro lado, el origen de la infec-
ción en este paciente se relaciona con el consumo de alimen-
tos en restaurantes rurales de la provincia de Guanacaste. A
pesar de ello, en Costa Rica los estudios para detección de
contaminantes en alimentos se han circunscrito al valle cen-
tral (9), lo cual deja en evidencia la necesidad de efectuar nue-
vos estudios e investigación de campo en las zonas rurales
del país, que contribuyan al conocimiento, la epidemiología
y la identificación de enfermedades transmitidas mediante
la ingesta de alimentos crudos o LPC, como es el caso de C.
cayetanensis.
En Costa Rica, el primer caso de infección por este pa-
rásito fue reportado en el año 1999, en una niña del cantón
de Desamparados, en San José, quien se encontraba asinto-
mática (10). En el año 2002 se reportó otro caso, encontrado
a través de un estudio de parasitosis intestinales realizado a
pacientes asintomáticos en una escuela en Curridabat, San
José (11). En ese mismo año se reportó el primer caso en el
Hospital San Rafael de Alajuela, en un paciente extranjero
con diarrea intermitente de cuatro meses de evolución (12).
Cinco años más tarde, se hizo el reporte de cuatro casos de-
tectados en una clínica en Desamparados, de los cuales tres
presentaban diarrea (5). Por tanto, la presente publicación re-
presenta el quinto caso en Costa Rica luego de seis años del
último caso reportado.
En general, las diarreas causadas por parásitos son poco
estudiadas; de ahí que se consideran subdiagnosticadas en
los servicios de salud costarricense, a pesar de que los proto-
zoarios son agentes etiológicos importantes en los cuadros
diarreicos (15).
En el caso aquí mencionado fue posible diagnosticar la
parasitosis y su agente causal dada la consulta reiterada del
afectado y el no contar con una resolución definitiva del cua-
dro. Para poder llegar a su diagnóstico, en cuanto a medicina
de laboratorio, en un inicio se realizaron estudios copropara-
sitológicos mediante montaje y frotis directo de una muestra
de heces; sin embargo, con esta metodología no fue posible
la detección de C. cayetanensis, probablemente debido a una
baja excreción de los ooquistes durante el periodo en que se
realizó el estudio; esto es concordante en pacientes inmu-
nocompetentes en los que la evolución de la enfermedad se
caracteriza por variación en la cantidad de ooquistes excre-
tados (13). De forma paralela, no se realizaron otros estudios,
como tinción de Ziehl Neelsen. Se descartó diarrea causada
por bacterias u otros microorganismos. Finalmente, después
de varios días, se aplicó una técnica de biología molecular a
otra muestra de heces recolectada por el paciente, con lo cual
pudo obtenerse el diagnóstico definitivo.
Es importante destacar el tiempo de evolución de la en-
fermedad, pues se trató de un adulto joven e inmunocompe-
tente. En este último caso, según Giangaspero y Gasser (13),
se pueden presentar diarreas de días a meses de evolución,
lo que produce un gran impacto en los estilos de vida de las
personas afectadas, así como en el estado de salud, por la sig-
nificativa pérdida de peso que provoca la patología.
Una vez diagnosticada y confirmada la etiología de este
caso, se utilizaron dos ciclos de trimetoprima/sulfametoxazol
como tratamiento farmacológico. Este medicamento actúa
únicamente sobre los estadios intracelulares del parásito
(14), por lo que se recomienda para futuros reportes verificar
la cantidad de ciclos necesarios de este fármaco, con el fin
de resolver el cuadro de manera exitosa. Lo anterior conside-
rando que la reacción inflamatoria que se da en el intestino
por la infección por C. cayetanensis puede persistir después
de haberse erradicado el parásito (15).
Cabe mencionar que dentro de los métodos diagnósticos
disponibles para ciclosporidiasis se encuentran los estudios
de biopsias o las pruebas de laboratorio clínico en muestras
de heces utilizando técnicas microscópicas, como el frotis di-
recto coproparasitológico. Este último se realiza en montaje
con solución salina y lugol. Otras metodologías incluyen tin-
ciones más especializadas de ácido alcohol resistencia, como
Ziehl Neelsen modificado y microscopía de epifluorescencia;
técnicas que se basan en morfología parasitaria (15). Pese a
ello, son métodos que tienen una amplia variación en su ca-
pacidad de detección, lo cual puede llevar a resultados falsos
negativos o falsos positivos (6,15).
Para aumentar la probabilidad diagnóstica y debido a la
excreción intermitente de ooquistes, se recomienda realizar
estudios a muestras seriadas (por triplicado) y emplear técni-
cas de concentración parasitológica, teniendo en cuenta que
a pesar de que son técnicas simples y de bajo costo económi-
co, tienen una baja sensibilidad y especificidad, además de
que son laboriosas y difíciles de implementar en laboratorios
clínicos con alto volumen de muestras o escaso personal ex-
perto (6,13).
Las técnicas inmunológicas no han sido ampliamente
desarrolladas; se ha reportado el uso de un equipo automa-
tizado que utiliza la citometría de flujo e identifica el parásito
por morfología. Por otro lado, los métodos moleculares vie-
nen en crecimiento y se pueden aplicar a las heces sin tratar-
las previamente; son pruebas más sensibles y específicas que
la microscopía, con una detección más robusta, que amplía
información sobre el origen de la enfermedad, lo cual es de
gran importancia para el manejo clínico y epidemiológico
(6,13,15,16).
En Costa Rica las pruebas moleculares son económica-
mente costosas y no están al alcance de toda la población.
En el primer nivel de atención del sistema de salud pública
de este país, donde se estudian la mayoría de las diarreas ad-
quiridas en la comunidad, los análisis se realizan mediante
métodos microscópicos convencionales. Empero, es funda-
mental sensibilizar a los tomadores de decisión para incluir
metodologías alternativas y robustas, e implementar nuevos