página
1 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
Cromoblastomicosis: características clínicas y microbiológicas
Chromoblastomycosis: clinical and microbiological characteristics
Yanán Badilla Ramírez1; https://orcid.org/0009-0006-6760-7239
Kattia Madrigal Zúñiga2
Pablo Lara Campos3; https://orcid.org/0000-0002-1053-6867
1. Microbiólogo, Caja Costarricense de Seguro Social. Correo electrónico: ybadillar@ccss.sa.cr
2. Microbióloga, Caja Costarricense de Seguro Social. Correo electrónico: kymadrig@ccss.sa.cr
3. Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, Caja Costarricense de Seguro Social. Correo electrónico: plarac@ccss.sa.cr
Recibido 18 de noviembre de 2022 • Aceptado 02 de febrero de 2023.
RESUMEN
La cromoblastomicosis es una infección micótica crónica, causada por la inoculación traumática de algún tipo de hongo
dematiáceo sapróto que habita en el suelo, las ores, la vegetación y la madera. Esta enfermedad constituye la segunda
micosis subcutánea más frecuente en Costa Rica y afecta principalmente a hombres entre 30 y 60 años. En general, esta
enfermedad compromete tejido cutáneo y subcutáneo, especialmente en extremidades inferiores y superiores, y se aso-
cia a factores ocupacionales, relacionándose más con personas dedicadas a la agricultura y otras similares. Entre sus carac-
terísticas se encuentra el desarrollo de lesiones granulomatosas de lenta evolución, que con el tiempo pueden producir
hiperplasia de tejidos epidérmicos. El diagnóstico se realiza mediante un raspado de las lesiones de la piel afectada, que
se analiza en el laboratorio clínico mediante examen directo (microscopía de luz) y cultivo micológico. En lo que respecta
al tratamiento, este aún no está bien denido ni existe un esquema farmacológico estandarizado; sin embargo, la mayoría
de los reportes reeren éxito al aplicar una terapia combinada de terbinana con itraconazol. Para conocer más sobre esta
enfermedad y su forma de presentación, de manera tal que permita hacer un diagnóstico más oportuno, se describe un
caso de cromoblastomicosis por Curvularia lunata detectado en Costa Rica.
Palabras clave: Cromoblastomicosis, Micosis, Curvularia Lunata, Talo Fumagoide, Informes de Casos, Costa Rica.
ABSTRACT
Chromoblastomycosis is a fungal chronic infection caused by the traumatic inoculation of some type of saprophytic
dematiaceous fungi that inhabit soil, flowers, vegetation and wood. It is the second most frequent subcutaneous
mycosis in Costa Rica, affecting mainly men between 30 and 60 years. In general, this disease involves cutaneous and
subcutaneous tissue, especially on the legs and the upper extremities, and is associated with occupational factors, being
more related to people involved in agriculture and others similar. Among its characteristics is the development of slowly
evolving granulomatous lesions, which eventually produced hyperplasia of epidermal tissues. Diagnosis is made by
scraping the affected skin lesions, which are analyzed in the clinical laboratory by direct examination (light microscopy)
and mycological culture. Regarding the treatment, it is still not well defined nor is there a standardized pharmacological
scheme, however, most reports refer success when applying a combination therapy of terbinafine with itraconazole. To
learn more about this disease and its presentation, in order to allows a timelier diagnosis to be made, is described a case
of chromoblastomycosis by Curvularia lunata detected in Costa Rica.
Key words: Chromoblastomycosis, Mycosis, Curvularia Lunata, Medlar Bodies, Case Reports, Costa Rica.
https://doi.org/10.62999/gestion.v2i1.197
página
2 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
INTRODUCCIÓN
La cromoblastomicosis, también llamada cromomico-
sis, micosis de Carrión, micosis de Lane-Pedroso, dermatitis
verrucosa y blastomicosis negra, es una infección micótica
subcutánea, de curso crónico, producida por la inoculación
traumática de alguna de las especies de hongos dematiáceos
saprófitos, que suelen encontrarse en el suelo, las flores, la
vegetación y la madera (1-3), siendo el agente causal más co-
mún el Fonsecaea Pedrosoi (4, 5).
Esta infección compromete el tejido cutáneo y subcu-
táneo (5), principalmente de las piernas (en el 85 % de los
casos), así como de las extremidades superiores (con predo-
minancia en el dorso de la mano) y otras zonas anatómicas,
como: brazos, tronco, cuello, antebrazos, cara y glúteos ( (1,
3, 6), donde se caracteriza por el desarrollo de lesiones gra-
nulomatosas de lenta evolución, que con el tiempo pueden
conllevar a hiperplasia de tejidos epidérmicos (1-2).
A pesar de que la cromoblastomicosis posee una distri-
bución mundial, la mayoría de los casos se han descrito en
zonas de clima tropical y subtropical (4, 7). En Costa Rica, epi-
demiológicamente, es la segunda micosis subcutánea más
frecuente, superada solo por la esporotricosis (4).
PRESENTACIÓN DEL CASO
Antecedentes y enfermedad actual
Paciente masculino de 58 años, trabajador de una plan-
tación de cacao ubicada en la zona norte de Costa Rica. En
mayo de 2021 acudió a consulta al centro de atención prima-
ria de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), donde
fue referido al hospital de la localidad, por presentar lesiones
en la extremidad inferior izquierda, de alrededor de seis años
de evolución, que clínicamente se describen como placas hi-
perqueratósicas de aspecto verrugoso, asociadas a eritema,
con descamación y puntos negros; además, de observarse
deformidad de dicho miembro, debido a la lesión, con sensi-
bilidad moderada-severa a la palpación (ver figura 1).
Valoración inicial
En la valoración inicial, el paciente se encuentra sin fie-
bre, eupneico, con ritmo regular, frecuencia cardíaca normal,
auscultación cardíaca y pulmonar sin irregularidad, no se
evidencian signos de deshidratación, abdomen blando de-
presible sin dolor a la palpación, estado neurológico normal,
orientado y responde de manera adecuada a los reflejos.
Pruebas y estudios realizados
El médico realiza toma de biopsia, así como frotis y cul-
tivos fúngicos. Las muestras se recolectan raspando la piel
afectada con un bisturí estéril y romo, principalmente de
áreas donde dominaba el punteado color negro. El informe
de patología indica que no hay evidencia de displasia ni neo-
plasia maligna. En el laboratorio clínico, al examen directo
con hidróxido de potasio (KOH) al 10 %, se observan células
muriformes, sugestivas de la fase parasitaria de cromoblasto-
micosis conocida como talo fumagoide (ver figura 2).
Al microscopio, dichas estructuras se visualizan como
células agrupadas y aisladas, con formas esféricas, de pared
gruesa y doble membrana, de color marrón y con un tabique
en el medio que sugiere una división de la misma célula. Ade-
más, se reporta la presencia de un micelio pigmentado.
Figura 1. Presentación clínica al ingreso del paciente. Las lesiones verrucosas,
descamativas, eritematosas y los cambios de pigmento son evidentes.
Figura 2. Células muriformes redondeadas de color marrón, tabicadas
con bordes bien definidos (células fumagoides), observados en el examen
directo microscópico con KOH al 10%, con objetivo de 40x.
página
3 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
De forma simultánea, se realizan dos cultivos de la mues-
tra; uno en agar Sabouraud glucosado y otro en agar Mycosel
con antibióticos; ambos se incuban a temperatura ambien-
te (25 °C). Transcurridos 15 días de incubación, se observan
colonias de coloración negras grisáceas, de aspecto velloso
aterciopelado y superficie elevada; compatibles con colonias
de un hongo dematiáceo (ver figura 3).
DISCUSIÓN
La cromoblastomicosis pertenece al grupo de las mico-
sis subcutáneas, donde además se encuentran el micetoma,
la esporotricosis, la lobomicosis y la rinosporidiosis (8), las
cuales deben conocerse, para lograr un diagnóstico certero y
oportuno, en beneficio del paciente.
De acuerdo con la literatura, esta infección es causada
principalmente por cinco hongos dematiáceos: Fonsecaea
pedrosoi, Fonsecaea compacta, Phialophora verrucosa, Clado-
phialophora carrionii y Rhinocladiella aquaspersa; siendo el
agente más comúnmente aislado el Fonsecaea Pedrosoi (4-8).
Además de estos, se ha demostrado que otros géneros de
menor frecuencia también pueden ser aislados, como Curvu-
laria sp, Bipolaris spp., Exophiala spp. y Rhytidhysteron spp. (3).
En el caso clínico antes descrito, el agente etiológico identi-
ficado fue Curvularia lunata, lo que deja en evidencia que en
Costa Rica existen otros hongos causantes de la enfermedad.
Por otro lado, la cromoblastomicosis afecta especialmen-
te a hombres entre 30 y 60 años, debido a que la enfermedad
se encuentra asociada a factores ocupacionales, relacionán-
dose sobre todo con personas dedicadas a la agricultura,
leñadores y granjeros, quienes están más propensos a trau-
matismos con material vegetal contaminado (3, 5, 9, 10).
En lo que respecta a la epidemiología, entre 1928 y 1953
se registraron en Costa Rica 34 casos diagnosticados de cro-
moblastomicosis en el Hospital San Juan de Dios, con una
incidencia de un caso por cada 24 275 habitantes (11). Entre
el 2010 y el 2013 se realizó un estudio en el que se concluyó
Figura 3. Colonias vellosas aterciopeladas de coloración verde oscuras,
observadas a los 15 días de incubación en agar Sabouraud glucosado con
antibióticos.
Figura 4. Hifas tabicadas y ramificadas subhialinas, así como conidios
curvos de cuatro celdas color marrón, observados en el examen directo
microscópico con azul de lactofenol, con objetivo de 40x.
De estas colonias se toma una porción y se hace un
montaje directo en azul de lactofenol, identificándose hifas
tabicadas y ramificadas subhialinas a pardas, conidióforos y
conidios de cuatro celdas, curvados en su mayoría en la ter-
cera celda, de color marrón oscuro en las células intermedias
y en la parte terminal de color subhialino a marrón claro, co-
rrespondiendo dicho hallazgo microscópico a la fase asexual
de la especie Curvularia lunata (ver figura 4).
Adicionalmente, se hacen estudios de laboratorio clínico
complementarios, obteniéndose los siguientes resultados: el
hemograma no muestra alteración de las líneas celulares en
el leucograma; la química sanguínea no revela ninguna anor-
malidad en las funciones renal y hepática ni alteraciones en
la glicemia; y las serologías por hepatitis, VIH, VDRL y Proteína
C Reactiva resultaron negativas.
Tratamiento
Al paciente se le prescriben en forma inicial imidazóli-
cos, como el fluconazol; luego, ante la escasa respuesta, se
cambia a itraconazol, lográndose una mejor respuesta. Pos-
teriormente, es referido a un hospital para ser abordado por
Dermatología y Cirugía Reconstructiva.
página
4 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
que el número de casos por año hasta esa fecha se mantenía
igual y se mencionó que se han reportado casos en las siete
provincias de Costa Rica (4). A pesar de que esta información
puede resultar positiva, es probable que esta enfermedad se
encuentre subdiagnosticada y su frecuencia subestimada,
por no ser una enfermedad de reporte obligatorio o de vigi-
lancia epidemiológica; además de que en las regiones donde
se presenta, por cuestiones socioculturales, la población afec-
tada no considera la atención médica como primera opción
y cuando tiene la oportunidad de recibirla, el diagnóstico no
se realiza con facilidad. De ahí que la Organización Mundial
de la Salud (OMS) la considera como una de las enfermeda-
des tropicales desatendidas, junto con el micetoma y otras
micosis (12).
A nivel clínico, una de las características principales de
la cromoblastomicosis es que compromete tejido cutáneo y
subcutáneo (10), principalmente de las piernas, como en el
caso antes presentado, las extremidades superiores y otras
áreas expuestas al trauma; y no suele invadir músculo ni
tejido óseo y no forma fístulas. Por lo general, los pacientes
refieren no sentir dolor, prurito ni ardor. Las lesiones son asi-
métricas y localizadas, pero pueden diseminar a través de los
vasos linfáticos (4). Las lesiones granulomatosas que se desa-
rrollan son de lenta evolución, y con el tiempo progresan a
hiperplasia de tejidos epidérmicos (1).
La enfermedad inicia como una pápula o nódulo erite-
matoso, pequeño, unilateral, pruriginoso, doloroso o asinto-
mático, que se extiende lentamente por contigüidad a la piel
adyacente (5). Las lesiones van avanzando hacia una placa
eritematosa con o sin descamación o ulceración, y con bor-
des tan bien definidos que puede asemejar una tiña o una
psoriasis. Posteriormente, la placa se extiende de manera
centrífuga y toma un aspecto verrucoso o papilomatoso. En
los meses y años siguientes pueden desarrollarse lesiones si-
milares en la misma zona o en áreas adyacentes. Las lesiones
se curan con cicatrices atróficas y áreas acrómicas, aunque no
es rara la formación de queloides (1).
La clasificación clínica actual se basa en la morfología
de las lesiones, siendo la forma nodular la presentación clíni-
ca más común (40 %), seguida por la verrucosa o vegetante
(26%); y menos comunes las formas linfangítica (esporotri-
coide), tumoral, cicatricial y mixta. Estas formas clínicas co-
rresponden a distintos estadios de la enfermedad y pueden
observarse al mismo tiempo (2, 4).
Una complicación grave de esta entidad es que su poten-
cial de transformación maligna puede hacer que evolucione
a carcinoma epidermoide (10, 13).
Al momento de su estudio, se debe hacer un diagnóstico
diferencial con las siguientes patologías: tuberculosis verru-
cosa, leishmaniasis, esporotricosis, lacaziosis, tiña del cuerpo,
sífilis secundaria, micetoma, coccidiodomicosis y elefantiasis.
También debe hacerse con algunas entidades no infecciosas,
como carcinoma epidermoide, psoriasis o sarcoidosis (14, 15).
El diagnóstico de laboratorio, por su parte, resulta funda-
mental para el diagnóstico etiológico de la enfermedad. Este
se realiza mediante un raspado de las lesiones de la piel afec-
tada, como costras o exudados, haciendo uso de un bisturí
estéril y sin filo (4, 15). La muestra obtenida se mezcla con
KOH al 10 %, con el fin de observar las esferas micóticas, que
tienen un tamaño entre 4 y 14 micrómetros de diámetro, con
paredes gruesas, de coloración marrón o café, con una doble
membrana y un tabique central. A estas esferas se les conoce
como talo fumagoide y se asemejan a granos de café al ob-
servarlos mediante microscopía de luz. Además, en muestras
muy superficiales se pueden observar hifas pigmentadas, ra-
mificadas y septadas, que son producidas a partir de la germi-
nación de las células (2, 9).
Se debe recalcar la importancia de un buen examen di-
recto y la correcta identificación del talo fumagoide, ya que
de lo contrario se puede confundir la cromoblastomicosis
con una feohifomicosis (9).
Paralelamente, se realizan dos cultivos en el laboratorio
de micología: el primero, en medio enriquecido con Sabou-
raud glucosado, además de cloranfenicol y gentamicina; y el
segundo, en medio altamente selectivo hecho con agar ci-
cloheximida. Luego de dos semanas de incubación a 30 °C,
se obtienen colonias vellosas, aterciopeladas, de coloración
verde oscuro o negras (4, 16). Ambos cultivos micológicos
permiten estudiar a la especie fúngica tanto en la macrosco-
pía como en microscopía.
Hasta el momento, el tratamiento de esta infección no
está bien definido y no existe un esquema farmacológico es-
tandarizado; sin embargo, la mayoría de los reportes refieren
mayor tasa de éxito al aplicar una terapia combinada de terbi-
nafina con itraconazol (13, 16). También se han utilizado múl-
tiples agentes con tasas variables de éxito, como calciferol,
yoduro de potasio, 5-fluorocitosina, ketoconazol, fluconazol
y anfotericina B (5, 13). Los fármacos pueden administrarse
individualmente, pero está demostrado tener una mejor ca-
pacidad terapéutica si se utilizan en conjunto (2).
Cuando las lesiones son pequeñas, se recomienda com-
binar la cirugía con la terapia antifúngica. Los antifúngicos se
administran antes de la cirugía para reducir el tamaño de la
lesión y después de la cirugía para evitar recaídas (14).
Adicionalmente, se reportan terapias alternativas, como
la criocirugía (16), en especial cuando las placas verrucosas
son muy severas, y la termoterapia. Esta última tiene la ven-
taja de que el riesgo es muy bajo y el costo económico no
es alto; no obstante, solo es útil en casos donde las lesiones
están muy localizadas (4, 2).
Si se extiende y/o agrava el cuadro, puede ser necesario
proceder con la amputación del segmento o extremidad le-
sionada (14).
página
5 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
CONCLUSIONES
Las micosis cutáneas que tienen una relación estrecha
con factores ocupacionales, como la cromoblastomicosis, si-
guen afectando a los pacientes susceptibles en las regiones
tropicales y subtropicales del mundo, especialmente a las
personas que trabajan en áreas rurales.
El conocimiento de estas enfermedades, su mecanismo
de transmisión y sus características epidemiológicas au-
menta la posibilidad de un diagnóstico temprano y certero,
evitando complicaciones derivadas de la cronicidad o del re-
traso en el diagnóstico.
En Costa Rica, la cromoblastomicosis, sigue siendo una
enfermedad desatendida y subdiagnosticada; por lo que re-
sulta necesario que el personal de salud conozca más sobre
el tema, para que así pueda realizar un adecuado y oportuno
diagnóstico, que permita un mejor abordaje terapéutico y
evitar complicaciones asociadas.
Aunado a lo anterior, la incidencia de esta enfermedad
en Costa Rica aún es incierta, ya que no es una enfermedad
de notificación obligatoria en el país. Esto debería ser ana-
lizado por las autoridades correspondientes, considerando
que cualquier caso confirmado en centros de salud aportaría
un valor agregado como referente clínico, microbiológico y
epidemiológico.
Por otra parte, se debe tener presente que a pesar de
que existen agentes etiológicos de la cromoblastomicosis
bastante reconocidos, como el Fonsecaea Pedrosoi, en Costa
Rica, tal como se evidenció en el caso presentado, también
pueden ser diagnosticadas especies poco frecuentes, como
Curvularia lunata.
Por todo lo mencionado, debe promoverse la educación
continua del personal de salud, haciendo énfasis en las carac-
terísticas de transmisión de la enfermedad, cuadros clínicos y
el correcto diagnóstico de laboratorio.
Adicionalmente, es importante educar a la población en
general acerca de las medidas de protección que deben pro-
curarse durante las actividades ocupacionales, con el fin de
impedir el ingreso y contagio del agente infeccioso, así como
hacer énfasis en evitar la automedicación. En relación con
este último punto, queda claro que el tratamiento contra la
cromoblastomicosis es complejo y aún no hay un esquema
farmacológico estandarizado; por lo que se espera a futuro
se puedan efectuar más investigaciones sobre el tema, que
logren un avance importante en ese sentido.
CONSIDERACIONES ÉTICAS
Los autores de este artículo aclaran que el caso repor-
tado es de tipo descriptivo y no se realizaron tratamientos
experimentales. Además, manifiestan que en cumplimiento
de lo establecido en la Ley General de Salud de Costa Rica,
decretada en 1973, cuentan con el consentimiento informa-
do del paciente.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Gaviria-Giraldo C, Cardona-Castro N. Esporotricosis y
cromoblastomicosis: revisión de la literatura. Rev CES Med. [Internet].
2017; 31(1): 77-91. Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/cesm/
v31n1/0120-8705-cesm-31-01-00079.pdf
2. Sánchez-Saldaña L, Galarza C, Matos-Sánchez R. Infecciones micóticas
subcutáneas. Dermatol Peru. [Internet]. 2009; 19(4): 362-387. Disponible
en: https://sisbib.unmsm.edu.pe/BVRevistas/dermatologia/v19_n4/
pdf/a11v19n4.pdf
3. Taveras H, Pérez M. Aspectos clínicos y epidemiológicos de pacientes
diagnosticados con cromoblastomicosis en el Instituto Dermatológico
Dominicano y Cirugía de Piel “Dr. Huberto Bogaert Díaz” en el período
enero 2009 – diciembre 2019. [Trabajo profesional final para optar por
el título de Doctor en Medicina]. República Dominicana: Facultad de
Ciencias de la Salud Escuela de Medicina, Universidad Iberoamericana-
UNIBE; 2021.
4. Soto L, Jaikel D. Cromoblastomicosis: situación en Costa Rica. Rev Méd
Costa Rica Centroam. [Internet]. 2014; 71(613): 737-744. Disponible
en: https://www.medigraphic.com/pdfs/revmedcoscen/rmc-2014/
rmc145k.pdf
5. Ferrá T, Florat D, Gabriel Y, Flores S. Cromoblastomicosis. Informe de
un caso con localización atípica Chromoblastomycosis. Dermatología
Cosmét Médica y Quir. 2017; 15(2): 81-83.
6. Pires CA, Xavier MB, Quaresma JA, Macedo GM, Sousa BR, Brito
A. Clinical, epidemiological and mycological report on 65 patients
from the Eastern Amazon region with chromoblastomycosis. An Bras
Dermatol. [Internet]. 2012; 87(4): 555-60.
7. Rodríguez M, Luna J, Lara N, Rodríguez P. Cromoblastomicosis en hueso
poplíteo derecho, reporte de caso, Puebla, México. Rev Cient Cienc Med.
2019; 22(1): 53-56.
8. Perusquía-Ortiz AM, Bonifaz A, Vázquez-González D. Subcutaneous
mycoses: chromoblastomycosis, sporotrichosis and mycetoma. J Dtsch
Dermatol Ges. [Internet]. 2010; 8(8): 619-27. Disponible en: https://
onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/j.1610-0387.2010.07453.x/
abstract
9. Mata C. Situación de la cromoblastomicosisis en Centroamérica y Panamá.
[Tesis sometida a la consideración de la Comisión del Programa de
Estudios de Posgrado para optar al grado y título de Especialista Clínico
en Micología Médica] San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica;
2021.
10. Queiroz-Telles F, Marcio A, Lopes A, Tobón A, Tobón R. Mycoses
of implantation in Latin America: an overview of epidemiology,
clinical manifestations, diagnosis and treatment. Med Mycol. [Internet].
2011; 49(3): 225–236 Disponible en: https://academic.oup.com/mmy/
article/49/3/225/1092476
11. Romero A, Trejos A. La cromoblastomicosis en Costa Rica. Rev Biol Trop.
1953; 1(2): 95-115.
12. Organización Mundial de la Salud. Enfermedades tropicales desatendidas.
[Internet]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2023. Disponible
en: https://www.who.int/es/news-room/questions-and-answers/item/
neglected-tropical-diseases
página
6 de 6
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 2 (1): e197, Enero-Diciembre, 2023
(Publicado Dic. 06, 2023)
13. Flores Salazar S, Ferrá Torres T, Damarys FG, Gabriel Coox Y.
Cromomicosis: presentación de un caso. Rev. Arch Med Camagüey.
[Internet]. 2018; 22(2) Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/amc/
v22n2/amc120218.pdf
14. Cajina Vasquéz A. Estudio observacional descriptivo retrospectivo de
epidemiología en pacientes con diagnóstico de cromomicosis en el
Servicio de Dermatología del HSJD. [Tesis sometida a la consideración de
la Comisión del Programa de Estudios de Posgrado en Especialidades
Médicas para optar al Grado y Título de Especialista en Dermatología].
San José, Costa Rica: Universidad de Costa Rica; 2018.
15. Brenes ML, Ávila-Aguero ML. Chromoblastomycosis caused by
Phialophora verrucosa in a Costa Rican child with skin sequelae
due to snake bite. [Internet]. 2018; 10(11): e3574. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6333267/pdf/
cureus-0010-00000003574.pdf
16. Ventura-Flores R, Failoc-Rojas V, Silva-Díaz H. Cromoblastomicosis:
características clínicas y microbiológicas de una enfermedad
desatendida. Rev Chilena Infectol. [Internet]. 2017; 34(4): 404-407.
Disponible en: https://www.scielo.cl/pdf/rci/v34n4/0716-1018-
rci-34-04-0404.pdf