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Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 1 (1): e181, Enero-Diciembre, 2022
(Publicado Nov. 19, 2022)
cuales obtenían ventaja frente a los depredadores, gracias a
la bioluminiscencia producida por las bacterias; por su parte,
estas últimas se beneficiaban por encontrar un hábitat segu-
ro. Posteriormente, Eberhard demostró que la luminiscencia
se activaba en presencia de una molécula producida por las
mismas bacterias y que solo ocurría cuando las bacterias al-
canzaban ciertas concentraciones. Finalmente, la molécula
producida por Vibrio fischneri fue identificada por Eberhard y
colaboradores como AHL (4).
El término QS fue utilizado por primera vez en 1994, en
una minirrevisión publicada en el Journal of Bacteriology (5).
Según Greenberg, su origen provino del colaborador llamado
Winans, quien relató que en una reunión familiar su cuñado
escuchó el tema de su investigación y propuso que QS des-
cribía mejor el fenómeno, al darse cuenta de que se debía al-
canzar un número mínimo para la inducción del proceso (6).
En general, diversas enfermedades infecciosas son cau-
sadas por bacterias asociadas a biopelículas, lo que ha lleva-
do a un incremento en la investigación y la prevención de su
desarrollo. Esto debido a que cuando las bacterias se encuen-
tran en biopelículas presentan una resistencia a antibióticos,
desinfectantes y defensas del hospedero, lo que contribuye a
la persistencia de la infección.
En la actualidad se tiene conocimiento de que el QS está
involucrado en el desarrollo del biofilm por parte de distintas
bacterias, como Pseudomonas aeruginosa, Burkholderia cepa-
cia, Streptococcus mutans, Staphylococcus aureus, entre otras.
Por ejemplo, se ha demostrado que una cepa mutante de
Pseudomonas aeruginosa defectuosa en el QS es incapaz de
formar una biopelícula altamente diferenciada (7).
Una estrategia potencial para el control de infecciones
bacterianas es el quorum quenching (QQ), proceso que ade-
más de interferir con el sistema del QS, reprime la expresión
de virulencia en bacterias patógenas y ha mostrado potencial
para superar infecciones complicadas provenientes de cepas
bacterianas multirresistentes. En los últimos años se ha incre-
mentado el interés por la función de inhibidores de QS para la
protección contra las infecciones bacterianas; los compues-
tos de QQ han sido identificados en un número de especies
bacterianas y han mostrado ser una alternativa importante
desde su identificación en Bacillus sp. para atenuar la virulen-
cia de Erwinia caratovora (8).
Existe una gran variedad de compuestos de QQ, dentro
de los cuales se encuentran las lactonasas y las acilasas que
degradan las AHLs, los inhibidores de sintasa, los análogos de
inhibidor de receptores y los inhibidores de receptores, como
las furanonas brominadas. Además de estos, las bajas con-
centraciones de antibióticos como la azitromicina, la ceftazi-
dima y la ciprofloxacina han demostrado inhibir el QS en P.
aeruginosa. Adicionalmente, algunas drogas aprobadas para
uso clínico pueden actuar como inhibidores del QS, como
es el caso del antihelmíntico niclosamida, que ha demos-
trado reducir la formación de biopelícula y la producción de
factores de virulencia. También se han encontrado compues-
tos de QQ naturales; por ejemplo, en un estudio realizado se
observó que de 120 aislamientos de bacterias provenientes
de especies de arrecifes de coral saludables, hasta un 24 %
mostraban actividad de QQ (9).
MECANISMOS DE ACCIÓN
Para el desarrollo de inhibidores del QS se requieren
ciertas propiedades para que sean efectivos y aplicables.
Idealmente, se necesita que el inhibidor sea una molécula
de bajo peso molecular y que su actividad cause una reduc-
ción significativa en la expresión de genes que controlan el
QS. Además, es importante que el inhibidor exhiba un alto
grado de especificidad para el regulador de QS y que no ejer-
za ningún efecto de toxicidad contra otras bacterias o célu-
las eucariotas del hospedero. De esta forma, si el inhibidor
de QS no interfiere con los procesos vitales básicos, como la
síntesis de ARN y proteínas de la bacteria, es probable que la
presión selectiva para el desarrollo de resistencia sea minimi-
zada. Por último, el inhibidor de QS debe ser un compuesto
químicamente estable y resistente al metabolismo del or-
ganismo hospedero (10).
Las enzimas del QQ pueden ser agrupadas en dos clases:
la clase I incluye enzimas que cortan la molécula de AHL, ta-
les como la AHL-lactonasa, la AHL-acilasa y la paraoxonasa;
mientras que en la clase II se incluyen las oxidoreductasas
que reducen el grupo carbonil en hidroxil.
La enzima AHL-lactonasa de la clase I corta el anillo de
la homoserina lactona de la molécula de AHL de una forma
hidrolítica y reversible, para abrirlo, lo que provoca que la mo-
lécula de AHL sea incapaz de unirse al receptor, atenuando
su efectividad. En general, se han encontrado dos familias de
lactonasas: la AiiA lactonasa metalohidrolasa, que requiere
dos iones de zinc (2+) para su completo funcionamiento, y
la QsdA lactonasa, que no está relacionada con la familia AiiA
lactonasa, pero que igual es dependiente de iones de zinc.
Otra enzima de la clase I es la AHL acilasa, que hidroliza
de manera irreversible el enlace amida entre la cadena acil y
la homoserina en la molécula de AHL; este proceso libera una
homoserina lactona y un ácido graso libre (11). Esta enzima
fue descrita por primera vez en una cepa de Variovorax para-
doxus que mostraba una amplia capacidad de degradación
de la molécula de AHL.
Posteriormente, se describieron otras enzimas, como la
AiiD de Ralstonia sp., la AhlM de Streptomyces sp., la PvdQ y
QuiP de P. aeruginosa y la AiiC de Anabaena sp.
Por otra parte, están las oxidorreductasas, que pertene-
cen a la clase II, las cuales actúan contra la cadena acil por
acción oxidativa o reductiva y, por ende, catalizan una mo-
dificación de la estructura química de la señal, pero no por
degradación. Esta modificación de la estructura química
afecta la especificidad y el reconocimiento de la AHL, por lo