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Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 1 (1): e177, Enero-Diciembre, 2022
(Publicado Nov. 19, 2022)
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 1 (1): e177, Enero-Diciembre, 2022
(Publicado Nov. 19, 2022)
Por otra parte, según los datos de la Encuesta de Hogares,
454 292 personas (9,3 % de la población) no están protegidas
por la seguridad social, ya que ni cotizan ni son dependientes
de un asegurado directo; aunado a esto, la penetración de los
seguros privados en salud continúa siendo muy baja (0,3 %),
aunque los gastos de bolsillo van en aumento y ahora son
más altos que los del promedio de los países que integran la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE),y estos se concentran en los grupos de población de
mayores ingresos (3).
PROBLEMAS HISTÓRICOS Y RECURRENTES:
EVASIÓN, MOROSIDAD Y DEUDA ESTATAL
Desde el 2013 la Contraloría General de la República
evidencia que la evasión de salarios en el Seguro de Salud
asciende a un 16,4 % global (sector público y privado) y un
25,8 % para el sector privado. En relación con los trabajadores
independientes, este órgano estima que el nivel de evasión
por subdeclaración de ingresos fue del 64,2 % (4). En un estu-
dio posterior, la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
estimó que la evasión de los asalariados para ese mismo año
alcanzó el 30,73 % sobre las cuotas cobradas, mientras que
en el caso de los trabajadores independientes fue del 107,2 %
(5). Los valores difieren producto del abordaje metodológico
elegido por los investigadores. Sin embargo, coinciden en las
tendencias: a) la evasión por salarios disminuye en el período
2010-2012 y b) la evasión de los trabajadores independientes
es muy elevada, aunque con una leve disminución para los
últimos años de medición. En el caso de la morosidad de los
trabajadores independientes, es útil destacar que a pesar de
que esta ha crecido, lo ha hecho a un ritmo cada vez menor
en los últimos años. Así, en términos nominales, durante el
periodo 2014-2017, la tasa de crecimiento experimentó una
desaceleración de más de 8 %, ya que pasó de un 31,4 % en el
2014 a un 22,62 % en el 2016; mientras que en el caso de los
asalariados, el indicador porcentaje de morosidad activa en
relación con la facturación en el 2015 se encontraba en 26,6 %.
Un aspecto que explica los niveles de morosidad obser-
vados es que el trabajador independiente una vez afiliado y
aunque haya dejado de cancelar las cuotas, se le continúa
facturando. En este caso, lo que se sugiere es establecer un
período máximo para la exclusión automática, cuando se
observen estos casos; así, por ejemplo, en la modalidad de
aseguramiento voluntario, de acuerdo con el Reglamento de
Salud, se establece que después de seis meses consecutivos
de no cotizar, se le suspende la facturación de los compro-
bantes de pago al trabajador, y podrá activar la condición de
asegurado una vez que haya cancelado las cuotas adeudas
hasta un máximo de seis mensualidades.
Cabe destacar que a junio de 2018, la deuda estatal to-
taliza ¢1,28 billones, de los cuales ¢1,09 billones (86 %) co-
rresponden al Seguro de Salud y ¢186,255 millones (14%)
al Seguro de IVM. En el caso del Seguro de Salud, la deuda
acumulada constituye casi el 50 % del presupuesto de este
seguro para el 2018.
Es importante recalcar que el Gobierno desempeña un
papel importante en el financiamiento de los seguros socia-
les, tanto desde su condición de patrono como de Estado pro-
piamente dicho. Las estadísticas del año 2017 denotan que el
Ministerio de Hacienda aporta el 20 % de los ingresos totales
del Seguro de Salud; el 9,6 % mediante cuotas patronales y
el 10,4 % restante como parte del financiamiento de cuotas
complementarias, Estado como tal y programas (paternidad
responsable, plan nacional de vacunación, Ley de control del
tabaco y programa del Ministerio de Salud).
INFORMALIZACIÓN Y DESEMPLEO
EN EL MERCADO DE TRABAJO
Al tener como fuente de financiamiento las contribucio-
nes, las características del empleo (formal e informal) consti-
tuyen un aspecto central para observar la posible trayectoria
de los ingresos futuros. De acuerdo con los datos de la En-
cuesta Continua de Empleo (ECE), para el primer trimestre
del 2017 el 43,2 % de la población ocupada tenía un empleo
informal según la definición del Instituto Nacional de Esta-
dísticas y Censos (INEC); a ello se agrega que en promedio el
25 % de dependientes se encuentran con empleo informal
para el período 2010-2017 (I trimestre), es decir, asalariados
que tienen empleo informal o trabajadores no remunerados
en el sector formal. Un aspecto a valorar en el crecimiento
del empleo informal, es que estos trabajadores reciben un
conjunto similar de beneficios de salud. El resultado es que el
empleo formal está involuntariamente penalizado, mientras
que el empleo informal está subsidiado.
Por otra parte, en Costa Rica, se estima que 34 647 per-
sonas salieron de la fuerza laboral en el 2016 por sentirse
desalentadas, lo que implica que el desempleo ampliado fue
de 11,1 % ese año. Además, se estima que 148 124 ocupados
buscaban empleo en 2016, por lo que la presión general del
mercado laboral fue de 360 447 personas; es decir, el 16,2 %
de la fuerza de trabajo, según los datos del INEC; lo relevante
es identificar el impacto en las finanzas del Seguro de Salud;
así, en un reciente estudio efectuado en la CCSS, se estimó
una pérdida de “alrededor del 8 % de la masa cotizante de
SEM producto del desempleo” (6).
EL DESAFÍO DE LOS MEDICAMENTOS DE ALTO COSTO
El Seguro de Salud destina aproximadamente US$250
millones anuales a la adquisición de medicamentos que com-
ponen la Lista Oficial de Medicamentos (LOM); en los últimos
años este gasto ha constituido en promedio un 7-8 % del gas-
to total en salud.
Los medicamentos NO LOM (aquellos utilizados en la
atención de patologías de grupos minoritarios y adquiridos
por los hospitales), por su parte, representaban en el 2016
el 14,3 % del gasto total de medicamentos, y aunque no