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Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 1 (1): e176, Enero-Diciembre, 2022
(Publicado Nov. 19, 2022)
Gestión en Salud y Seguridad Social • ISSN: 2215-6216 • Vol. 1 (1): e176, Enero-Diciembre, 2022
(Publicado Nov. 19, 2022)
El nivel de complejidad de las AS, donde se comparan
las áreas con medicina general versus las que cuentan con
médicos especialistas (medicina interna o familiar), no resultó
influyente en la probabilidad de que el paciente hipertenso
tenga un mejor control.
Además, se determinó que existe una relación inversa
entre la baja cobertura en el programa de atención de hiper-
tensión y el resultado de control óptimo del hipertenso. Espe-
cíficamente, las áreas ubicadas en el segundo y cuarto cuartil
del porcentaje de cobertura presentaron menor control del
hipertenso respecto al registrado en los pacientes que se ubi-
can en las áreas que registran el menor cuartil de cobertura.
Con respecto a la variable que mide el nivel desarrollo
social del área, el hipertenso que vive en una zona geográfica
que se ubica en el segundo y cuarto cuartil del IDS presenta
un mejor control de la enfermedad respecto los que viven en
el primer cuartil de bajo desarrollo.
DISCUSIÓN
En Costa Rica la HTA se ha convertido en un problema de
salud cada vez más importante en términos de morbimortali-
dad. La prevalencia de hipertensión arterial aumentó de 25 %
a 36 % en la población de 20 años y más durante el decenio
2004-2014 (6). Esta prevalencia es superior a la registrada en
países en desarrollo y similar al registrado en Europa (1).
En el 2010, un estudio analizó el estado de la HTA en un
grupo de países europeos y determinó que el 39 % de los pa-
cientes que recibió atención primaria con medicación, había
logrado un control óptimo (proporción de pacientes con PA
menor a 140/90mmHg y menor a 130/80 mmHg para pacien-
tes con diabetes mellitus) (11). Este porcentaje es muy inferior
al logrado por Costa Rica, que bajo esta definición alcanzó un
65 % de control óptimo de la hipertensión. Los datos por país
muestran que Grecia registra el control óptimo más alto (47,5
%) y Turquía presenta el porcentaje de control óptimo más
bajo (32,1 %) (11).
La presente investigación es una primera aproximación
a los determinantes individuales y contextuales del control
adecuado del paciente hipertenso, por lo que los resulta-
dos deben tomarse como punto de partida para futuras
investigaciones.
Se determinó que el hipertenso masculino, obeso y con
comorbilidad presenta un peor control que sus pares muje-
res con peso normal y sin comorbilidad. Respecto a la varia-
ble edad, se evidencia un mejor control del hipertenso de 80
años y más respecto al grupo de 20 a 29 años; no obstante,
esta relación desaparece cuando se define un mismo valor de
PA para todos los grupos de edad.
A nivel internacional, se han encontrado resultados si-
milares (18, 19). Para un grupo de pacientes vinculados a las
AS de atención primaria se encontró una relación estadísti-
camente significativa entre el control del hipertenso, el sexo
femenino y la presencia de más de una comorbilidad (18). En
Bangladesh se encontró que la mujer está mejor controlada
que el hombre, pero no se halló evidencia suficiente para afir-
mar una relación con el IMC y la comorbilidad (19).
Según la Liga Mundial de Hipertensión (WHL, por sus si-
glas en inglés), la adherencia al tratamiento, la educación en
temas de alimentación que incluyan el consumo de alimen-
tos mínimamente procesados o sin procesar, así como bajos
en sodio y no agregar sal a la comida, se encuentran entre
los elementos individuales que requieren abordaje. Por otro
lado, el estar físicamente activo, manteniendo un peso ade-
cuado, así como evitar el exceso en el consumo de alcohol y
tabaco son parte de las estrategias para lograr niveles ópti-
mos de presión arterial.
Respecto a las variables contextuales, se determinó que
existe una baja influencia del área de salud en el control del
hipertenso, donde menos del 10 % de la variabilidad encon-
trada es producto de factores contextuales.
Existe una relación inversa entre la baja cobertura en el
programa de atención de hipertensión y el resultado de con-
trol óptimo. Además, se determinó que el tipo de gestión
externa resultó un determinante en el mejor control del hi-
pertenso. Estos elementos revisten especial interés, dado que
las áreas externas logran un porcentaje promedio de control
óptimo superior al de unidades de gestión interna, pero re-
gistran una cobertura 10 puntos porcentuales inferior al pro-
medio de las áreas de gestión interna.
El hipertenso que vive en una zona geográfica que se
ubica en el cuartil con el índice de desarrollo más bajo pre-
senta un peor control respecto a los que viven en el segundo
y cuarto cuartil. Similar resultado se obtuvo en algunas in-
vestigaciones a nivel internacional. En Filadelfia de Estados
Unidos se encontró que un índice ambiental compuesto jugó
un rol importante en el control del hipertenso (20). Basado en
una encuesta a ciudadanos de varios estados de Estados Uni-
dos, se determinó que los residentes de los barrios con mejor
capacidad de caminar, mayor seguridad y más cohesión social
presentaron un mejor nivel de PA (21). En Francia se estudió la
influencia sobre el nivel de PA que tiene la riqueza del barrio,
el valor de la vivienda y el nivel educativo del área, y solo este
último factor resultó con significancia estadística (22).
Por su parte, en Malmö, Suecia, se encontró que el nivel
educativo del área geográfica tenía un efecto contextual so-
bre la PA del individuo, que no fue capturado por los distintos
niveles individuales de educación. No obstante, se concluye
que la zona residencial de la persona tuvo un impacto menor
en la presión arterial individual, y que las diferencias geográ-
ficas en la PA diastólica individuales eran mínimas (13).
Un grupo de expertos realizó una revisión de programas
exitosos y recomendó cinco acciones clave para mejorar el
control de la PA. Dentro de las medidas recomendadas están
lograr una PA inferior a 140/90 mmHg en pacientes medica-
dos, simplificar las estrategias de tratamiento, disminuir la
inercia terapéutica y empoderar al paciente de su enferme-
dad. Los expertos recomiendan revisar algunos programas
que han tenido éxito en la mejora del control de la hiper-
tensión en población general, como es el caso del Programa