Sección del Colegio de Médicos y Cirujanos
Mala Praxis (Iatrogénesis)
La
situación conocida como "mala praxis", que se ha puesto de los
últimos tiempos tan de moda en cuanto a sus
repercusiones
legales, siempre fue considerada en toda su magnitud dentro de el quehacer de
la medicina. Desde que existe
el
ejercicio de la profesión dentro de criterios científicos propios del
desarrollo de la medicina moderna se ha empleado el
termino
de "iatrogenia" (del griego iatros=médico, genesis=origen) para
denominar aquellas situaciones sintomatológicas o
patológicas
derivadas de la acción misma del médico en el transcurso de procedimientos en
principio realizados con fines
terapéuticos.
Por eso, entre médicos y empleando nuestra tradicional terminología es mejor
que sigamos hablando de
iatrogenia
y le dejemos el termino de mala praxis a otros sectores.
Cuando se da un caso de
iatrogenia las consecuencias inciden fundamentalmente sobre el paciente no sólo
en el área
somática sino también
psicológica y social. Si la iatrogenia conduce a complicaciones graves la vida
misma puede ponerse
en peligro o bien dejar
discapacidades permanentes.
El médico por otra parte
ante una situación tal se convierte en portador de un estigma que a su vez le
traerá cambios en su
comportamiento psicosocial
además de las consecuencias profesionales y la responsabilidad civil que el
acto implica.
Puede el médico equivocarse de
"buena fe" al practicar un acto médico inadecuado o bien actuó a la
ligera e
irresponsablemente. En ambos
casos debe compartir con el paciente las consecuencias de su error en todos sus
aspectos.
Pero si las cosas se
orientan de distintas maneras y se busca la penalización de la iatrogenia como
un delito en que ha
mediado el dolo, o sea la
intención expresa de causar el daño, las cosas tienden a tomar otro caris. El
ejemplo más patético
en la historia de Costa Rica
fue el del asesinato del Dr. Ricardo Moreno Cañas, quien recibió balazos
mortales de su
expaciente quien le cobraba el
que después de reducirle una fractura le había dejado limitaciones en uno de
sus brazos. Y
hasta según se ha dicho el
hombre fue azuzado más de una vez por los propios colegas del Dr. Moreno Cañas.
Igual suerte
corrió su asistente en la supuesta
operación el Dr. Carlos Echandi Lahamann.
Hoy día tal vez no se
llegue a dar un caso semejante, pero si habrá muchas personas "que sin
tener relación directa con los
hechos" buscarán la forma
de sacar provecho personal de un caso de iatrogenia. Es así como en algunos
casos, parientes del afectado u otros profesionales no médicos, han visto en la
iatrogenesis un botín de incalculables proporciones.
Así por ejemplo en los Estados
Unidos de Norte América el ejercicio de la medicina ha quedado secuestrado en
medio de los
intereses en juego de las
compañías aseguradoras y de los bufetes de abogados, para quienes la
iatgrogénesis se ha
convertido en su razón de ser
y fuente inagotable de jugosas ganancias.
Razones elementales de
orden moral compromiso con sus semejantes, prestigio profesional y rigurosidad
científica, deben
ser siempre las razones por
las cuales el médico debe evitar la iatrogenia y no temores angustiantes ante
un probable
"proceso de mala
praxis" de los que están ávidos tantas personas ajenas al noble ejercicio
de la medicina.
Dr. Arturo Robles Arias
Presidente