EDITORIAL
LA VERDAD – LA RAZÓN – LA JUSTICIA

En relación con el problema que un gran grupo de médicos extranjeros (800) han planteado al CMC, esgrimiendo diferentes opiniones y criterios me permito decir lo que las autoridades del citado colegio no pueden decir.

El grupo de médicos extranjeros aludidos ha acudido al Colegio de Médicos y Cirujanos pidiendo justicia.  Ellos deben saber (porque tienen formación académica) que la justicia se puede definir para los hombres como laudo que de acuerdo con las leyes humanas se acerca lo más a la verdad o a la razón.También deben saber que por ser humanas las leyes, esa verdad que ellas (las leyes) parecen defender y la razón que pretenden representar es dable el error de apreciación y de variar en su interpretación de acuerdo con las circunstancias y el factor tiempo. Entonces aclaremos el título del editorial: A la razón, el más corto camino es verdad.

La verdad (mi verdad) es que a los médicos extranjeros que han escorado en nuestras playas, por diferentes e individuales motivos, NO los queremos (sin poses hipócritas ni fariseas).

La razón de tal acerbo (mis razones) es que en otro momento histórico, nuestro país aceptó a médicos graduados en la vecina Granada (a partir de 1935) y los puso a trabajar en sitios de frontera, donde los médicos nacionales graduados en universidades americanas y europeas no deseaban domiciliarse. La producción de médicos en universidades nacionales ha logrado revertir aquellas  situación y hoy el medio rural tiene asistencia médica impartida por nacionales. El médico extranjero de hoy, eventualmente viene a ocupar plazas que podrían ser ocupadas por nacionales, máxime que el médico extranjero, por venir con una mano atrás y otra adelante y dispuesto a todo, acepta cualquier condición de trabajo, lo cual altera el orden y los intereses.

La ley es otra cosa; se ha escrito y reglamentado –heroicamente- por nacionales, según las necesidades del cuidadano costarricense.  Una de esas leyes y reglamentos es la del CMC que ahoa los extranjeros la refutan aduciendo que no es justa.  Al respecto recordemos que cuando un reciente tirano haitiano llegó a Francia, exilado y el juez lo requisó, el antiguo opresor caribeño alegó los tres postulados de la Revolución Francesa además de las leyes francesas, el juez de turno le contestó que eso era válido para los franceses. Quien tiene mente que piense, por eso y más, aplaudo a las actuales autoridades del CMC.

Muchos de los médicos de este amado país, que estudiamos en el extranjero, hemos sentido los rigores de leyes y reglamentos que protegían a los nacionales del país que nos daba abrigo intelectual y estoy seguro de que la gran mayoría ACEPTAMOS LA SITUACION COMO LOGICA porque la justicia humana siempre se aplica bajo el influjo de las demandas y necesidades de una vida material sobre la que gravitan los elementos de supervivencia.De una manera más cruda, mi mensaje incluye la idea y deseo de que el médico extranjero que no esté a su gusto en este bello territorio, por su salud física y mental, que continúe la emigración iniciada o vuelva a su hogar de origen, a hablar de justicia y democracia.

En la historia nacional no existe el caso de invitación, a nadie, para ejercer en el país (ni a los Dr. Nazario Toledo, Carlos Hoffman, y Samuel Schapiro, ni a Roberto Cortés ni a Ruy Pérez Tamaño, grandes médicos de su tiempo y a los que les debemos mucho).  No hay temor a la competencia, desde el momento en que lo que se exige es un examen de suficiencia y capacidad al incorporar al médico general y otro al especialista: quién nos puede asegurar que esos médicos portadores de papeles llenos de sellos, emigrantes porque se les ha acabado el oxígeno en sus lares de origen y el sistema los ha desechado (Colombia, Cuba y Rusia) están bien preparados científica, ética y moralmente; la actitud propotente exhibida por extranjeros en asamblea general del C.M.C. se vuelve sospechosa al incluir la violencia verbal, lo cual no conviene para la salud y la paz de nuestro país.  Si se pretende que haya paz, apliquemos nuestra justicia.


Dr. Guillermo Rodríguez Aguilar
Ex-presidente
Colegio de Médicos y Cirujanos
de la República de Costa Rica