REUMATOLOGÍA
SÍNDROME
DE FATIGA CRÓNICA
Andrea Porras
Azofeifa *, Pablo Monge Zeledón
**
Abreviaturas
ACTH:
hormona adrenocorticotropica
CRH:
hormona liberadora de corticotropina
HIV:
virus de la inmunodeficiencia humana
HMN:
hipotensión mediada neurológicamente
IgG:
inmunoglobulina G
SFC:
síndrome de fatiga crónica
Summary
The chronic fatigue
syndrome is a not well understood clinical pathology, hard to define.
There is not much knowledment of this pathology in the national medical enviroment
and this can produce a misdiagnose. The purpose of this paper is to
bring a clear and simple view of this pathology. We review the definition,
prevalence, etiology, the diagnostic criteria, prognosis and a practical therapeutic
approach.
Introducción
El síndrome
de fatiga crónica (SFC) es una patología clínica poco
conocida, sobre la cual existen hoy en día muchas controversias, tanto
en su definición, como en sus probables causas etiológicas.
Esto incide en grandes problemas en su diagnóstico y en forma importante
en el abordaje terapéutico. El objetivo de esta revisión bibliográfica
consiste en exponer, en una forma clara y sencilla, los conceptos básicos
de definición, diagnóstico y tratamiento de esta entidad clínica,
que permitan un mayor conocimiento sobre esta patología tan poco conocida.
Definición
El SFC es una
entidad clínica definida, por el Centro para Control de Enfermedades
de Atlanta y autores como Fukuda, como fatiga persistente mayor de 1 mes de
duración o fatiga remitente por más de 6 meses consecutivos
(11, 22). La fatiga es un síntoma
subjetivo, muy frecuente en la población en general, esta asociada
a síntomas neuropsicológicos y musculoesqueléticos, que
forman la base de muchos diagnósticos sindromales que incluyen síndrome
dé fatiga crónica, fibromialgia, y neuroastenia. Es importante
descartar las enfermedades neuromusculares que causan fatiga crónica,
para poder establecer que la fatiga no es resultado de una falla en la generación
de la fuerza por parte del músculo (26, 39). Los criterios para el SFC han sido establecidos
por varios autores como Holmes (11) que fue el primero
en establecerlos en 1988; sin embargo los que actualmente más se aceptan
fueron establecidos por Fukuda en 1994 (15, 32). El SFC se define por la presencia de los siguientes
criterios: 1) fatiga crónica clínicamente evaluada, inexplicable,
persistente, o remitente, que sea de nueva aparición; que no sea causada
por ejercicio extenuante y no se alivie con reposo. La cual produce
una disminución importante de los niveles previos de actividades ocupacionales,
sociales, educacionales y personales. 2) La concurrencia de cuatro o más
de los siguientes síntomas, que deben haber persistido o recurrido
por seis o más meses consecutivos de enfermedad y no deben haber antecedido
a la fatiga: alteración de la memoria a corto plazo o concentración
reportada por el paciente, lo suficientemente severa para alterar los niveles
de actividades previos, dolor de garganta, nódulos linfáticos
o axilares dolorosos, dolor muscular, poliartralgias sin edema o enrojecimiento,
cefaleas de nueva aparición, patrón o severidad, sueño
no reparador y malestar después del ejercicio de más de 24
horas de duración (11).
Prevalencia:
La prevalencia
del SFC en nuestro país es desconocida y se desconoce la prevalencia
exacta de esta patología en los Estados Unidos, ya que no existe ningún
examen diagnóstico específico o hallazgo físico patognomónico
(23). Pero es una condición común (17). En los Estados Unidos 24% de la población
adulta general reporta fatiga de 2 semanas o más de duración.
La prevalencia de fatiga crónica con una duración mayor o igual
a 6 meses varía de acuerdo con los criterios utilizados, en centros
de atención primaria se ha reportado desde 0.2%-20% (26, 27, 32). Se
presenta en diversos estratos socioeconómicos y en todos los grupos
étnicos. El sexo femenino es el único riesgo demográfico
(27, 32), además se ha documentado
que las enfermeras representan un grupo de alto riesgo para esta enfermedad,
posiblemente asociado a los factores estresantes ocupacionales como, cambios
de turno, exposición a agentes infecto contagiosos y otros factores
(18).
Patogénesis:
La causa exacta
del SFC aún esta en estudio. Esta enfermedad es una condición
clínica o un resultado final común, que se desarrolla a partir
de combinaciones variables de factores de riesgo, más que representar
una única y distintiva entidad (9). Existen
varias hipótesis acerca de la etiología del síndrome
de fatiga crónica, a continuación se presentan las más
importantes. La hipótesis de un agente infeccioso que produce
la fatiga crónica ha sido muy favorecida. Los pacientes describen
una infección de tipo gripal, destacan su buen estado de salud prioritario,
y el subsecuente estado de fatiga crónica. Sin embargo, estas
atribuciones retrospectivas, tienen una dudosa validez, ya que la incidencia
esperada de infecciones virales sintomáticas en la población
general es aproximadamente de cuatro anuales, haciendo las asociaciones casuales
probables (26). Sin embargo, un estudio prospectivo
que establece la relación entre mononucleosis infecciosa aguda y el
inicio de la fatiga; provee evidencia para la hipótesis de que un síndrome
de fatiga postinfecciosa puede ser precipitado por ciertos agentes infecciosos
(26). El virus de Epstein Barr ha sido establecido como el
causante de la mayoría de casos de mononucleosis infecciosas, también
se han descrito síndromes de fatiga post fiebre Q, relacionadas a
una infección por rickettsia (25, 33).
Varios autores han encontrado títulos de anticuerpos elevados para
virus de Epstein Barr, citomegalovirus, virus del Herpes Simple, Varicela-Zoster,
HIV-1, y virus de parotiditis en pacientes con SFC (12,
15, 16, 27).
Otro virus que se ha relacionado es el virus de la polio (4).
Pero también se debe destacar que un número importante de casos
puede desarrollar la enfermedad en ausencia de un evento infeccioso desencadenante
(7).
El SFC también
ha sido asociado a una desregulación del sistema inmune, que puede
involucrar un solo tipo de célula inmune o una combinación de
varios defectos (40). Se ha propuesto que se presenta
un evento desencadenante, por ejemplo una infección, que lleva a la
activación aguda de las células efectoras inmunes. Dependiendo
de la capacidad del huésped para controlar la infección, se
desarrolla un estado persistente de activación inmune; lo que facilita
el flujo de células activadas a los tejidos. Las células
T y NK producen citoquinas que alteran la permeabilidad vascular, estas células
NK producen daños en el sistema nervioso central y anormalidades neuroendocrinas.
La liberación de citoquinas y la activación de la cascada pueden
ser responsable de los síntomas del síndrome de fatiga crónica,
las anormalidades neuroendocrinas y la alteración de la barrera hematoencefálica
(40). Se, ha establecido que el sistema nervioso central, el
sistema endocrino y el sistema inmunológico, interactúan uno
con el otro. Estas interacciones son complejas e involucran el eje
hipotálamo-hipófisis-suprarrenal y el sistema nervioso autónomo,
donde aparentemente hay una alteración central en la activación
del eje, esto sugiere una alteración del sistema fisiológico,
más que una alteración del sistema inmune; e introduce al sistema
nervioso central como objeto de estudio para investigación futura
(7, 12). El estrés psicológico
puede producir un aumento en la producción de CRH, que aumenta la
producción de ACTH, que estimula la corteza suprarrenal para aumentar
los niveles de glucocorticoides, que producen una disminución en la
regulación de la respuesta inmune (12). Actualmente hay evidencia
clínica que demuestra un control autonómico anormal en pacientes
con SFC, comparado con pacientes sanos. Una disfunción autonómica,
puede resultar en el desarrollo o exacerbación de fatiga y otros síntomas
del sistema nervioso central y se confirmó la existencia de una sobreactividad
simpática en esta condición clínica, la cual solo puede
ser demostrada después del estrés y no se presenta en reposo
(5). Hay evidencia que relaciona el SFC con varias
formas de hipotensión. Estos pacientes tienen una alta prevalencia
de hipotensión mediada neurológicamente (HMN), y el tratamiento
de esta disfunción autonómica se ha asociado a mejoría
en los síntomas de esta patología. La HMN es la causa
más común de síncope recurrente, se observa con más
frecuencia en mujeres jóvenes, menores de 50 años y hay mayor
riesgo, en aquellas que presentan una presión arterial de reposo menor
y es común transitoriamente después de una infección
aguda (30).
Otra explicación
propuesta es el de un mecanismo no inmunológico, específicamente
la participación neurogénica, que involucro a la sustancia P.
Esto produce los síntomas como dolor articular, dolor muscular, cefalea;
que son muy comunes en el SFC (2). Otra hipótesis
es que la presencia de anormalidades ginecológicas y menstruales podrían
preceder el inicio del síndrome de fatiga crónica. Las
mujeres con SFC reportaron mayor incidencia de complicaciones ginecológicas,
independientemente de la edad, educación, raza y estado marital.
Se reportaron pacientes con ciclos menstruales irregulares, períodos
de amenorrea, sangrado esporádico entre ciclos menstruales y síndrome
poliquístico ovárico. Esto sugiere que las mujeres con
una amplia variedad de anormalidades del sistema reproductivo presentan un
mayor riesgo de desarrollar SFC (14). El hiperandrogenismo
ovárico e hiperprolactinemia pueden aumentar el riesgo de SFC, a esto
se asocian fluctuaciones de niveles de estrógenos en ausencia del regular
aumento postovulatorio de progesterona. Se ha visto que las mujeres
con hiperprolactinemia y con galactorrea, tienen un riesgo nueve veces mayor
de padecer de SFC. Todas estas alteraciones hormonales, debido a su
relación con el sistema inmunológico, se traducen en una respuesta
anormal a estímulos antigénicos, y una activación crónica
de este último (14). Se han tratado de
establecer patrones sintomáticos en pacientes con SFC, comparándolos
con pacientes con desorden afectivo emocional. Se identificaron dos
perfiles clínicos diferentes: a) aquellos con depresión asociada
a síntomas neurovegetativos atípicos, como hipersomnio e hiperfagia,
semejantes a los que se encuentran en el desorden afectivo estacional; b)
y aquellos con síntomas clásicos de SFC, depresión asociada
a irritabilidad, insomnio y ansiedad (37). Hay datos
que sugieren que los pacientes con SFC, tienen un nivel óptimo menor,
donde el ejercicio físico se vuelve contraproducente para la función
cognitiva (20).
Diagnóstico:
El diagnóstico
del SFC se realiza por exclusión, ya que no existe ningún examen
diagnóstico específico o hallazgo físico patognomónico
(1, 23, 36). La
evaluación clínica debe contar con lo siguiente: a) historia
médica y psicosocial; que incluya circunstancias del inicio de la
fatiga, presencia de desórdenes psiquiátricos o depresión,
episodios de síntomas inexplicables médicamente, abuso de substancias
o alcohol, uso de otros medicamentos y suplementos alimentarios; b) examen
del estado mental: descartar desordenes psiquiátricos o neurológicos;
c) examen físico completo; d) exámenes de laboratorio mínimos
que incluyen: hemograma, velocidad de eritrosedimentación, enzimas
hepáticas, proteínas totales y fraccionadas, electrolitos, glucosa,
nitrógeno ureico, creatinina, hormonas tiroideas y examen general
de orina. Otros exámenes no han sido comprobados de valor diagnóstico
y no se realizan de rutina. Ejemplos de exámenes específicos
que no confirman ni excluyen el diagnóstico de SFC son: serología
por virus de Epstein Barr, retrovirus, herpes, exámenes de función
inmunológica, incluyendo población celular y función,
ni estudios de neuroimagen (15). La resonancia magnética
nuclear se ha utilizado en varios estudios, para diferenciar el SFC de la
esclerosis múltiple, por lo tanto este y otros estudios de neuroimagen
se utilizan sólo cuando se debe descartar un cuadro clínico
muy sugestivo de esta última patología (21).
Los estudios de neuroimagen han documentado defectos en los pacientes con
SFC, sin embargo los resultados han sido conflictivos e inconclusos, por
lo que aún están en investigación y no tienen una verdadera
utilidad práctica (38). Se ha encontrado una
proteína de unión 2-5' de bajo peso molecular (37kDa) en pacientes
con SFC, esta forma de bajo peso molecular puede ser útil como marcador
biológico, y distinguirlo de otras enfermedades; sin embargo su significado
biológico no es conocido, y faltan mayores análisis (6).
Diagnóstico
Diferencial:
El diagnóstico
diferencial del SFC es muy amplio, existen varias condiciones que excluyen
al paciente de este diagnóstico: a) cualquier condición médica
activa que explique la fatiga crónica, como hipotiroidismo, apnea del
sueño, narcolepsia y condiciones iatrogénicas como efectos adversos
de medicamentos; b) cualquier condición médica diagnosticada
previamente que no haya sido resuelta o que persista con actividad, que pueda
explicar la fatiga crónica. Por ejemplo: enfermedades malignas e infecciones
por hepatitis B o C; c) cualquier diagnóstico anterior o actual de
desorden depresivo mayor, desordenes afectivos bipolares, esquizofrenia, demencia,
anorexia o bulimia nerviosa (se ha documentado que los pacientes con alta
incidencia de síntomas físicos inexplicables médicamente,
tiene tasas muy altas de desordenes psiquiátricos (19);
d) abuso de alcohol u otras sustancias, dos años antes del inicio de
la fatiga crónica y en cualquier momento posterior; e) obesidad severa:
índice de masa corporal igual o mayor a 45 (15).
Las siguientes condiciones no excluye al paciente del diagnóstico
de fatiga crónica inexplicable: a) cualquier condición definida
primariamente por síntomas que no puede ser confirmados por exámenes
de laboratorio, incluyendo fibromialgia, desordenes ansiosos, desordenes
somatiformes, depresión no psicótica o no melancólica
y neurastenia; b) cualquier condición bajo tratamiento médico
especifico, suficiente para aliviar los síntomas y en la cual la eficacia
del tratamiento ha sido documentada. Ejemplos: hipotiroidismo,
asma; c) cualquier condición como: enfermedad de
Lyme o sífilis, que fue tratada con tratamiento especifico antes de
desarrollar las secuelas de sintomatología crónica; c) cualquier
hallazgo físico aislado, de laboratorio o de examen de neuroimagen
que es insuficiente para sugerir la existencia de otra condición.
Ejemplo: títulos elevados de anticuerpos antinucleares (15). Otros diagnósticos diferenciales que se
deben tener en consideración son: síndrome de colon irritable,
esclerosis múltiple y enfermedad celiaca (8, 13, 26, 29).
Manejo y tratamiento:
En cuanto al
manejo del paciente con SFC, se debe mantener en monitoreo y estar atento
a descartar cualquier enfermedad oculta. Inicialmente, se deben descartar
otras enfermedades, proponer diagnósticos alternativos en base a exámenes
especializados y de acuerdo a la sintomatología del paciente, proveer
apoyo al paciente, y dar tratamiento a los síntomas específicos
(24). El manejo se puede realizar basándose
en diversas guías que incluyen: apoyo y atención continua al
tratamiento sintomático, técnicas de ejercicio monitorizado,
terapia de comportamiento cognitivo, y otras técnicas de rehabilitación,
estrategias para el manejo de sueño, regulación de ingesta de
estimulantes y uso de medicamentos sintomáticos, participación
y apoyo de la familia y establecer metas vocacionales especificas (24, 28, 34, 38). Todos los signos y síntomas
de aparición nueva deben evaluarse cuidadosamente y no atribuirlos
automáticamente al SFC (24). Se han estudiado diversas
modalidades de tratamientos para el SFC, los cuales se mencionan a continuación,
documentando si existe evidencia que apoye la terapia y mencionando los efectos
adversos: a) antidepresivos: no hay suficiente evidencia que apoye el uso
de antidepresivos en SFC, sin embargo existen estudios que indican que pueden
ser útiles en el tratamiento de síntomas asociados como depresión,
insomnio, y mialgias (3, 32); b) corticoesteroides:
no hay suficiente evidencia sobre los efectos de los corticoesteroides en
los pacientes con SFC, cualquier beneficio de las dosis bajas de esteroides
parece ser a corto plazo. (los beneficios son rápidamente atenuados
cuando se detiene el tratamiento), las dosis altas están asociadas
con efectos adversos por supresión adrenal (32); el uso de fludrocortisona,
un mineralocorticoide, se baso en la hipótesis de que el SFC estaba
asociado a la hipotensión mediada neurológicamente; el uso de
la hidrocortisona se ha utilizado en estos pacientes, en otros estudios con
evidencia de hipoactividad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal
(32). El uso de dosis bajas de hidrocortisona esta asociado
a una reducción importante de la fatiga y discapacidad en los pacientes
con SFC, sin provocar supresión adrenal (35, 39); sin embargo se ha observado que la mejoría de
estos pacientes con dosis bajas de corticoesteroides es modesta, por lo que
se concluye, que los riesgos son mayores que las ventajas potenciales (10);
c) ejercicio: se encontró que el ejercicio programado puede mejorar
la fatiga y el funcionamiento físico en pacientes con SFC (31, 32), no se han reportado efectos
adversos, sin embargo el ejercicio exhaustivo puede producir exacerbación
de los síntomas (32); d) descanso prolongado:
no hay evidencia que fundamente algún beneficio, por el contrario la
inactividad física puede empeorar la fatiga y los síntomas asociados
(32); e) suplementos dietéticos: se han encontrado mejorías
en pacientes en tratamiento con inyecciones intramusculares de magnesio,
sin embargo no se ha podido encontrar un déficit de magnesio en pacientes
con SFC. No se han documentado efectos adversos (32); f) inmunoterapia: beneficio
limitado y considerables efectos adversos como, molestias gastrointestinales,
cefaleas, artralgias, y empeoramiento de la fatiga, los cuales han sido reportados
con el uso de IgG. Con el uso de alfa interferón se documentaron
pacientes con neutropenia (32); g) terapia de comportamiento
cognitivo: se clasifica como una intervención efectiva, sin efectos
adversos (31, 32, 34, 39); h) dinucleotido de adenina nicotinamida vía oral:
el beneficio es limitado. Se documentaron efectos adversos menores como,
perdida de apetito, dispepsia, flatulencia. El uso de este medicamento
se fundamenta en que el NADH facilita la generación de ATP, el cual
puede estar depletado en el síndrome de fatiga crónica (32); i) otros: hidroterapia,
terapia para disminuir el estrés (3).
Pronóstico:
De los adultos
con SFC 20-50% demuestran mejoría a mediano plazo y solo 6% regresa
a los niveles premorbidos. Sin embargo no hay evidencia de aumento en
la mortalidad. La evolución esta influenciada por creencias del
paciente acerca de las causas de la enfermedad y el tratamiento (32).
El síndrome
de fatiga crónica es una patología clínica poco conocida,
de difícil definición. Existe poco conocimiento de esta
entidad a nivel médico nacional, por lo cual puede pasar desapercibida
o mal diagnosticada. Por esta razón el objetivo de esta publicación
consiste en brindar un panorama claro y sencillo del síndrome de fatiga
crónica. Se revisa la definición actualmente más
aceptada, su prevalencia, se discute las probables causas etiológicas,
las pautas para establecer su diagnóstico, un abordaje terapéutico
práctico y su pronóstico.
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* Médico General
** Médico Reumatólogo.
Asistente del Servicio de Reumatología Hospital México.
Correspondencia:
Apartado Postal: 262-2120 San Francisco Goicoechea, San José.
Celular:
389-0599 - Teléfono: 224-7472 casa.