Por Raúl Ruiz Gómez *
En nuestro país (la
República Mexicana) el individuo vive una realidad configurada bajo
trazos políticos sexenales. encuentra su
identidad en opciones de
vida dirigidas por una sociedad de consumo cuyo entusiasmo materialista
se manifiesta en cada
rasgo de la cotidianidad.
Vive una realidad efímera que troca al momento en que los intereses
políticos y económicos de
quienes ostentan el poder
deciden que los valores deben cambiar.
La concepción de nuestra
realidad gira ahora en torno a una política inspirada en el liberalismo
social. Se propone un modelo
de sociedad basada en la
vinculación de "libertades y justicia en el marco del Estado de
derecho. de la democracia y de una
fortalecida soberanía,"
(Política del liberalismo social. Cesáreo Morales, Revista
Examen Nº48., p.13. mayo de 1993), Es una
propuesta que: anuncia el
reconocimiento del individuo y sus libertades como fundamento de la sociedad.
Una supuesta
garantía social de
que éste individuo podrá desarrollar sus capacidades asociativas
sin limitación ninguna (salvo las
específicamente inscritas
en la ley).
El Liberalismo Social que
el gobierno, de México propone en estos momentos otorga una supuesta
SOBERANlA al individuo
para el ejercicio de sus
libertades. pero lo induce: para que las ejercite de manera conjunta. esto
es. con otros individuos que
piensan igual que él.
Es una directriz que intenta reorientar a la población hacia la
convivencia humana.
Desde los orígenes
de esta tesis. el principio rector ha sido el reconocimiento de una pluralidad
valorativa, Max Weber. Karl
Popper. Hill Green. Ortega
y Gasset y otros defensores de esta posición justifican sus razonamientos
con el soporte teórico de
la fórmula "libertad.
igualdad y justicia social". Podría decirse que desde el primer
haz de luz que se formó bajo esta inquietud
hasta la fecha. se han librado
muchas batallas doctrinarias.
Pero para nuestro especial
interés. es posible que la "propuesta original del estado de bienestar
de la Gran Bretaña".
redactada por William Beveridge
en 1942. sea lo más cercano a nuestro concepto político de
liberalismo social. En esta
propuesta se pretende equilibrar
la seguridad social con la libertad individual. Y el trazo político
presidencial en México gira en
tomo a este concepto teórico.
Sin embargo. José
Ortega y Gasset advierte: "Que el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización
es el Estado." (Ortega y
Gasset: "La conservación
de la cultura". 1908. Obras completas. Vol.X. p.35).
Y su advertencia la dirige
hacia la posibilidad de que el Estado creado por la democracia liberal
sea aprovechado como un
instrumento de dominación
por el hombre-masa de corte fascista.
Nuestra mexicana concepción
sobre la teoría. elabora una directriz política que se :
nutre también del matrimonio entre el
liberalismo la democracia.
ocurrido a fines del siglo XVIII. y la alianza sostenida con el nacionalismo
de principios del XIX.
Toma como suya la intención
de crear una "democracia moderna" con el sustento de nuevas virtudes como
la tolerancia. el
respeto a las minorías.
la convivencia de posiciones y de pensamiento entre otras.
Pero el término libertad
es el caballito de batalla de todos los teóricos que se arrojan
a la arena doctrinaria. Y tal vez el análisis
que hace Carlos Llano Cifuentes
en su libro "Las formas actuales de la Libertad" (Ed. Trillas) nos entregue
un concepto más
lúcido y contundente.
Para el autor las palabras
libertad. paz. democracia. justicia y otras que se escuchan por ahí
son condicionamientos que
hacen al lenguaje las técnicas
publicitarias. en un esfuerzo por asociarse metódicamente a una
estructura fija de sistemas
ideológicos y políticos.
dándole así a estos términos un contenido más
circunstancial que perenne, más superficial que
profundo. más político
que filosófico.
En su intento por dirigir
al individuo, convierte en términos operacionales los fundamentos
filosóficos del momento para
utilizados demagógicamente
en cualquier contexto. sin importarle lo que el individuo piense de esta
terminología.
Añade Llano Cifuentes
que estas palabras "han adquirido así un carácter proteico
y anónimo y son utilizadas por todos aunque
cada uno esté hablando
de realidades diferentes. (Las formas actuales de Libertad. p. 15).
Se burla de la situación
y critica a quienes inventan aberraciones nominales como "el totalitarismo
democrático", "la dictadura
de la democracia", "la violencia
pacífica", "la imposición militar de la libertad", "la guerra
fría" y otros. Dice que. en cuanto un
concepto complicado logrado
transformarse en vocablo oficial tediosamente repetido. queda sancionado
por la sociedad en tal
forma que puede ya manipularse
sin temor a incómodas cuestiones. De tal forma que el término
libertad como otros ya
mencionados ha perdido la
fuerza filosófica que merece.
De entre tantos razonamientos
que trabaja en su texto, he entresacado solamente u algunos que podrían
ayudarme a
configurar le este trabajo.
la importancia de su análisis es p' lo que le da sustento a mi teoría.
por ejemplo: "la esclavitud
degrada al hombre hasta
el extremo de amarla".
Hoy pueden observarse puntos
aislados en donde se prefiere la muerte a la pérdida de la libertad:
pero observamos también un
masivo y creciente desafecto
hacia ella. Este desafecto se traduce en el miedo al riesgo y en la búsqueda
dc una seguridad
impersonal.
Nuestro sistema político
mexicano. a mi juicio. promueve factores que persuaden al individuo a disfrutar
de una aparente
"libertad" y a condicionarlo
para ser masa receptiva de propaganda. Es un truco válido de dominación
popular y de garantía
para el salvaguardo de la
tan trillada "paz social"
El Gobierno de México
en su esfuerzo por permanecer en el poder, como todas las hegemonías
universales, configura
imágenes atractivas
para el individuo en las que resalta la seguridad social.
Con la tendencia general
hacia el funcionariado y a la burocracia: la atención que se pone
en los contratos de trabajo: la
preferencia laboral en el
escalafón más que en la capacidad de progreso personal: la
sustitución del ahorro voluntario por el de
la creación de instituciones
de Seguridad Social como IMSS, ISSSTE. etc.. son signos de un evidente
avance social. pero son
también una muestra
de la promoción gubernamental para que el individuo se condicione
a su interés político.
Sin importarle que pierda
su capacidad critica o creativa. le proporciona el vehículo para
huir del riesgo que le infiere el disfrute
de su libertad.
El mexicano de hoy tiene
miedo a la libertad. Prefiere arroparse en el anonimato de la seguridad
social que le otorga el
gobierno y adopta, para
su justificación. una "libertad protegida" en la que el Gobierno
le proporciona una falsa felicidad. Este
es un hecho contundente:
lo vivimos, lo inhalamos y lo dejamos seguir, porque aún no contamos
con una simiente ideológica
que conjugue todos los elementos
socio políticos y. a la vez. proporcione una verdadera libertad
al individuo. La transición de
un sistema militar post-revolucionario
hacia el institucional que Mora vivimos nos ha dejado el lastre del funcionarismo
y b
pérdida de valores
intrínsecos del hombre.
Como ejemplo. el Instituto
de Seguridad y Servicios Sociales dc los Trabajadores a del Estado (ISSSTE)
como instrumento del
gobierno para proporcionarle
al trabajador mexicano una opción dc bienestar. reposa su filosofía
en el trazo político de moda y
se convierte en vehículo
de una supuesta libertad óntica que lo conduce a edificar su patrimonio
en las facilidades que le otorga
el sector público.
Y es que el esquema institucional
no puede alejarse del gran trazo político nacional como el resto
de los sistemas de
Seguridad Social en América
Latina.
LA TEORIA A LA ZAGA DE LA REALIDAD
Lo que hoy conocemos como
Seguridad Social pudiese no ser cl verdadero espíritu que motivo
a los teóricos en su trabajo
ideológico Hablar
de Seguridad Social en la I actualidad es tan aventurado como hablar de
libertad. justicia o democracia.
Y encuadrada dentro del
Sector público es como tratar de descubrir qué fue primero
si la gallina o el huevo.
Diríase que imperceptiblemente
se aglutinaron entre los recovecos del Estado. un cúmulo de necesidades
sociales por
resolver. que al paso del
tiempo fueron tomando la forma de un fantasma terrible al que se estereotipó
con toda comodidad.
Y es que el indestructible
círculo vicioso de la pobreza no es estático: no importa
cuánto pueda crecer económicamente un
país. el manto del
beneficio social nunca cubrirá al total de la población.
Siempre habrá marginados quienes estarán cada vez
más lejos de la protección
gubernamental.
Al amparo del término
Seguridad Social se han resuelto algunas necesidades. emergentes. pero
es claro también que los
hombres se han servido del
concepto para manipular. en el ejercicio del poder a las I grandes masas.
Todo comienza cuando a alguien
se le ocurre urgar entre las sombras para descubrir lo que libertad puede
significar para la
humanidad. Los teóricos
se esfuerzan por resolver el problema y avanzan entre la pantanosa superficie
del análisis.
encontrándose por
el camino con otras riquezas como igualdad. por ejemplo.
En la elaboración
doctrinaria de los pensadores por resolver el conflicto teórico.
el tema Seguridad Social no tuvo pies ni
cabeza hasta que William
Beveridge nos introduce con más entendimiento en el concepto global
que hoy conocemos. Porque
en el rejuego terminológico
caemos en ambigüedades que nos confunden "Previsión Social".
"Bienestar Social". y "Asistencia
Social" son algunos ejemplos.
Desde mediados del siglo
XIX hasta la fecha. tanto se ha dicho acerca de la Seguridad Social que
la confusión nos envuelve a
las nuevas generaciones.
Hoy podemos hablar. por ejemplo.
de Políticas de Seguridad Social. Sistemas de Seguridad Social.
Programas de Seguridad
Social, Instituciones de
Seguridad Social. pero definir con certeza el concepto. seria llevarnos
al cuento de nunca acabar.
Para un trabajo como el
que nos ocupa. detenemos en acariciar las tesis de las diversas corrientes
doctrinarias que dieron vida
a la Seguridad Social. sería
innecesario.
William Beveridge. Otto von
Bismark. Thomas Hill Green. John Locke. Alexis de Toqueville. Max Weber.
John Hobson. Leonard
Hobhouse. F.W.J Shelling
y el mismísimo Carlos Marx, fueron descubriendo. entre sus estudios.
la necesidad de crear un
instrumento del Estado para
entregar a la población. ciertos beneficios que le ayudarían
a equilibrar su fuerza frente al
gobernante.
Comparto con Raúl
Rojas Soriano la idea de que el pensador universal dirige su : trabajo
hacia un patrocinador determinado.
aunque en el fondo se justifique
al amparo del conocimiento. (Guía para realizar investigaciones
Sociales. Editorial Plaza y
Valdez. 1992. Pág.
20 Y 21).
En la actualidad. algunos
autores consideran en sus tesis que la Seguridad Social es solo una "táctica"
del Estado: para otros.
"un objetivo especifico"
y para unos más, un "símbolo" (Tamburi. Giovanni. 1986, La
crisis de la Seg. Social. a. p.12).
Tal vez sea la atención
médica el rubro primordial que dio origen a la Seguridad Social
en el mundo y de ésta se desprendan
una serie de satisfactores
por cubrir hasta llegar a una proyección integral. tendiente a resolver
la total inseguridad del hombre
y fomentar sus potencias
materiales y trascendentales. Pero para Borzutzky. el fenómeno de
Seguridad Social en América
Latina es solo una estrategia
instrumentada por "el Estado populista" para conciliar con fuerzas políticas
adversas. (Borzutzky,
Silvia. 1986. b. p.24).
Es innegable que si no existieran
las prestaciones de Seguridad Social el número de personas por debajo
de la línea de
pobreza sería mayor
de lo que es.
Las pensiones por vejez,
invalidez o muerte proveen un ingreso a los trabajadores y sus familiares
dependientes. cuando el
asegurado no puede continuar
trabajando. o muere: los programas de riesgo profesionales han mejorado
la seguridad en el
trabajo y mantenido el ingreso
del asegurado y su familia después de un accidente o enfermedad
ocupacional; y las
prestaciones por desempleo
han mantenido el ingreso, aunque en muy pocos países y solo en beneficio
de la parte de la
fuerza laboral.
Sin embargo, en los estamento
s del poder. estos componentes de un sistema posible de Seguridad Social
no son más que
piezas sobre un tablero,
que van creciendo o disminuyendo según el interés político
de quienes dirigen.
Francisco León, en
un comentario que hace al trabajo de Ernesto A. Isuani, denominado "Seguridad
Social y Asistencia
Pública". publicado
por el Fondo de Cultura Económica, reflexiona al respecto: "No siempre
las proposiciones que elaboramos
los especialistas en políticas
de desarrollo coinciden con los intereses y las aspiraciones que sustenta
la movilización social
en las diferentes sociedades
latinoamericanas y. en muchos casos, los resultados de su puesta en práctica
no sólo no
encontrarían en algunas
de esas sociedades obstáculos de difícil superación
sino que además afectarían negativamente la
satisfacción de otras
necesidades básicas consideradas como más prioritarias."
Entonces, el esfuerzo intelectual
por descubrir el origen del problema. el análisis de las opciones
de reforma de la seguridad
social. los encuentros internacionales
por descubrir nuevos modelos. las investigaciones científicas y
otros estudios. solo
sirven para tener un marco
de referencia. una ruta a seguir.
Pues al fin de cuentas las
decisiones políticas prevalecen frente a los argumentos (que por
cierto van un paso a la zaga de la
realidad).
Estas categorías no
sugieren de ninguna manera desestimar el impresionante esfuerzo que realizan
las instituciones en su
interés por proporcionar
mejores niveles de vida a las clases desprotegidas. Es solo anotar, con
firmeza, que de entre toda
esta confusión. el
único que abona a su favor es el Estado.
Noviembre de 1993. México D.F.
* El autor, el Lic. Raúl
Ruiz Gómez, es asesor político del Director General del Instituto
de Seguridad Social de los
Trabajadores del Estado,
de México. Es, además, ensayista y analista político
de las revistas “Jaque" y Punto de Vista", Y
productor y comentarista
de radio y televisión.