In Memoriam
Dr. Daniel González A.
 
 
 
 

Daniel: aquí está Javier Sánchez en mi oficina y dice que quiere hacer Otorrinolaringología, te lo mando a la Consulta Externa? ... Sí, como no Dr. Aguilar. Se trataba del Dr. Manuel Aguilar Bonilla, Jefe de la Sección de Cirugía del Hospital México, en comunicación telefónica, con el Dr. González Alfaro. Aquí comienza mi relación profesional y más que profesional, humana con quien sería mi maestro de la especialidad y mi mentor y ejemplo en el difícil arte de la vida.

Mientras me dirigía a la Sección 2B recordaba aquel muchacho de la Asunción de Belén que cursaba sus estudios de Bachillerato en el Instituto de Alajuela, que se había hecho Médico y Otorrinolaringólogo en España, que había hecho post grado en Burdeos para luego venir a trabajar en el Hospital Central, hoy Hospital Dr. Rafael Angel Calderón Guardia y en el Hospital Nacional de Niños, donde me correspondió el honor, siendo yo, interno universitario de asistirlo en diferentes cirugías.

De esta conversión con el Dr. González Alfaro nacería mi relación como Residente con quien, además de enseñarme lo teórico y práctico de esta especialidad, me permitiría con frecuencia que lo acompañara en la presentación de sesiones clínicas ante los miembros de la Sección de Cirugía del Hospital México y de otros hospitales. Como todo en la vida la preparación de estos eventos era metódica, ordenada y sistemática, de manera que siempre quedara muy bien el Servicio que él había fundado, que era su mayor satisfacción profesional y al que entregó sus mejores años. Tiene, además el mérito el Dr. González, de haber iniciado en Costa Rica la formación de especialistas en Otorrinolaringología; además, fue pionero de la Cirugía de Hipófisis por vía Transesfenoidal, lo que marca un hito en la Otorrinolaringología y Neurocirugía en nuestro país.1

No es necesario señalar más méritos del Dr. González en su dimensión de Médico, Profesor Universitario y Jefe de Servicio porque esos méritos pierden importancia ante sus cualidades de hombre de Fe permanentemente fiel a sus principios, congruente con lo que creía, predicaba y hacía. En él nunca hubo doble discurso, y conociéndolo bien, sé que no hubiera dudado en dar hasta su vida por lo ético, lo religioso y lo moral, elementos que fueron los pilares de su ejemplarizante vida.

No quiero terminar estas palabras con el consabido paz a sus restos; sino con la exhortación, de que imitando al Dr. González Alfaro, hagamos de la paz de nuestra conciencia nuestra principal consigna y del apego a los principios morales y éticos nuestro estandarte.
 
 

Muchas Gracias
Dr. Javier Sánchez Cerdas
 
 


1 C.Cabezas C.
Hipofisectomía. Memorias del XLIV Congreso Médico Nacional (Costa Rica) 31-33, 1979.