De la mecanización a la humanización de la sexualidad
El verdadero placer...

El componente erótico, afectivo y espiritual
(según el Modelo de Intervención Global en sexología de M.P.Ross Ph.D.)

Licda. Margarita Murillo Gamboa*



Dentro de los nuevos abordajes que sobre la sexualidad se han comenzado a estructurar en diferentes países, se ha venido difundiendo un nuevo enfoque de intervención que basa sus aportes en la premisa de que la sexualidad está estructurada por componentes, que forman una interrelación y una interdependencia entre ellos. Estos componentes, independientemente son esenciales para el desarrollo integral de la sexualidad, pero a su vez su desarrollo va a depender de la resolución y equilibrio de los otros dos.

Esta posición está basada en los aportes teóricos de la Dra. Marie Paul Ross (2000), Sexóloga Clínica, quien se ha abocado a construir y a dar a conocer la teoría Global de Intervención en Sexología, que ha sido una corriente teórica basada en los aportes de Claude Crepaùlt y otros investigadores de la Universidad de Québec en Canadá.

En este enfoque se destacan los siguientes elementos para cada uno de los componentes:

El componente espiritual: se define por aspectos cognoscitivos como el conocimiento, el desarrollo de la comprensión, el aprendizaje y educación que tengamos acerca del desarrollo sexual, la formación, la capacidad de análisis, la toma de decisiones, las elecciones que tomo, el compromiso y la responsabilidad ante mi desarrollo sexual. También tiene un enfoque de visión trascendental, en donde entran factores alrededor de mis creencias, mi sentido de vida y mi sentido de muerte, la conciencia de finitud e inmortalidad, así como la construcción que realice acerca del amor perpetuo y la vida perpetua con mis decisiones. Tiene también un sentido espiritual cuando se toma conciencia de las construcciones y decisiones acerca del perdón, la gratitud, sentir la sexualidad como un don de la vida, poder estructurar adecuadamente el sentido del sufrimiento y del dolor, así como los conceptos de fraternidad, afinidad espiritual y honradez.

Este componente logrará la plenitud de su seguridad como ente indispensable en el desarrollo integral de la sexualidad por medio de la seguridad en la vida y el amor perpetuos y yo agregaría la conciencia de sentirnos dignificados con mi comportamiento y decisiones que afectan el desarrollo integral de mi sexualidad. El poder construir mi sexualidad partiendo de que se es un ser digno, único y valioso (a).

El componente erótico: está determinado por factores fisiológicos, genitales, aspectos del desarrollo y manejo de la sensualidad, la belleza corporal, la excitación, los reflejos, la relajación, el manejo de la relación fusional, el placer, la reproducción, la intimidad corporal, el enamoramiento, la pasión amorosa, los deseos sexuales, la experiencia emocional, los fantasmas románticos. En este componente la persona logrará la plenitud y seguridad de su desarrollo en la medida en que se pueda establecer una adecuada intimidad corporal y la estructuración de una relación placentera.

El componente afectivo: se va a definir por los elementos que son esenciales al amor, tales como los valores de verdad, respeto, fidelidad, libertad y a partir de mi experiencia terapéutica he podido rescatar aspectos como el diálogo, la responsabilidad y el desarrollo de procesos de aceptación. Se mencionan dos tipos de experiencias en el desarrollo de este componente, como el poder tener un sentimiento de amor con uno mismo, con los demás y con Dios. También se destaca el poder desarrollar un crecimiento afectivo que tiene que ver con la posibilidad de diferenciarnos, identificarnos, actualizarnos y desarrollar la autonomía afectiva. Además se destacan aspectos como la afinidad afectiva, la amistad y la confianza.

Este componente tiene la variante de ser el eje de equilibrio en el desarrollo adecuado de los componentes eróticos y espirituales, es decir el componente espiritual necesitará de los elementos del erótico para su adecuado desarrollo y viceversa, pero será por medio de la afectividad como logrará integrar los elementos necesarios de acuerdo a la etapa del desarrollo en la que nos encontremos.

No es un secreto que muchas de las consultas en sexualidad giran más entorno al tema del manejo de la afectividad en la relación entre hombres y mujeres, así como en la estructuración de lo que se desea o no para la vida personal. Como lo hemos podido observar, este manejo de la afectividad se manifiesta y comunica de manera diferente en hombres como en mujeres, básicamente por el efecto de los patrones culturales que adquirimos cuando conformamos nuestro comportamiento en relación con los roles que se nos han inculcado.

El componente afectivo es el eje medular de toda relación humana y del desarrollo sexual por ende, la forma en como se expresen nuestras emociones, así como la claridad que tengamos hacia la intensidad de estas emocionas, hará que esta fuerza de vida-creativa, que es la sexualidad, engendre frutos o no, de hecho para el componente erótico, poder lograr una máxima expresión orgásmica estará determinado por la clara conciencia de los sentimientos.

Cuando se mencionan los sentimientos, vale destacar que para los hombres y las mujeres estos van a tener formas diferentes de expresión. Analicemos, por ejemplo, lo que menciona la Terapeuta Fina Sanz (1999) de España, en donde destaca que para que las mujeres puedan comunicar claramente sus sentimientos deben comenzar a desarrollar un mayor respeto por su palabra, la mujer por lo general, menciona la autora, va utilizar patrones de comunicación utilizando su cuerpo y no tanto con su palabra. Menciona que tanto el cuerpo como la palabra están dotados de un gran contenido emocional, así como a partir del silencio que tiene un gran trasfondo afectivo de rebeldía y enojo.

Uno de los problemas sociales a los que se enfrentan las mujeres tiene que ver con el valor y peso que se le da socialmente a la palabra de la mujer, lo que diga, tiene socialmente poco valor, se le rechaza o se le cataloga como que pierde mucha fuerza porque usa "muchas palabras o habla mucha paja", como si las mujeres no merecieran ser escuchadas y esto afecta profundamente su autoestima y la manifestación clara de su sexualidad que será por medio de palabras y palabras de afecto, de hecho la mujer, al no tener la posibilidad de poder comunicarse clara y abiertamente por medio de una palabra que le sea creíble, podrá llegar a utilizar su cuerpo como vehículo de sus emociones e incluso, de acuerdo a los aportes de esta autora, culturalmente se señala a la mujer de histérica, provocadora o degenerada.

Por el contrario el hombre ha sido educado para manifestar su afectividad por medio de la agresividad, la competitividad, el manejo y dominio del cuerpo de la mujer, llegando las mujeres a establecer una queja generalizada de que los hombres manifiestan su afectividad en caricias que limitan a los labios, pechos y genitales femeninos.

Josefina Sanz, establece además, que el hombre limita su expresión a los genitales, la dominación y la expresión hacia afuera, de hecho su palabra es palabra de poder, es la que se escucha, tenderá a utilizar más los conceptos abstractos, preferirá hablar de lo ajeno a los propios sentimientos y tendrá poco control de su cuerpo o de la expresión de su excitación.

Si como hombres y mujeres nos vemos limitados en la comunicación adecuada de nuestras necesidades afectivas, se limitará el desarrollo máximo del potencial orgásmico-erótico y del potencial afectivo-espiritual que será la fortaleza que necesitamos para ver con más claridad los valores a vivir en la construcción de la relación sexual y del desarrollo sexual en general; lo que queremos, cómo lo queremos y cuándo lo queremos, sin tener que caer en una relación de opresión o violencia.

Todo esto es una forma de denunciar el maltrato que se da en nuestras relaciones diarias de convivencia, se procura fomentar que tanto hombres como mujeres abran o aprendan a establecer espacios para conversar, eso implica hablar y escuchar, aunque eso culturalmente sea "muy femenino", hará que cualquier relación crezca profundamente, y por otro lado, las mujeres deberíamos fortalecernos en seguir luchando por hacer valer nuestra palabra, por llegar a acuerdos, y no limitarnos a callar y"dejar pasar las cosas", porque las cosas no pasan solo se acumulan, y son como una olla de presión, en cualquier momento explotan y todo salta y golpea por todos lados.

Así que para poder desarrollar el componente afectivo, que es el equilibrio de nuestra sexualidad, es imprescindible que los varones aprendan a comunicar sus emociones y aprendan a comunicarse, conocer y controlar su cuerpo, y por el otro, las mujeres hagan valer su palabra y puedan manifestar abiertamente sus necesidades de darse un espacio para disfrutar de la sexualidad como algo sano y natural dentro del desarrollo humano.

También, vale la pena rescatar los procesos de concientización que se han venido estructurando en diferentes círculos sociales de profesionales y de personas no profesionales, acerca del significado del placer, por lo general se nos ha vendido la idea barata de que el placer dependerá del dominio que tengamos a nivel teórico-práctico de posiciones o puntos orgásmicos, que han venido a nuestras mentes más por influencia comercial, en donde se mencionan actividades que por la fantasía con que las identifican nos hacen creer que lograremos una mejor vivencia del placer, sin que tengamos que "preocuparnos" o tomar en cuenta nuestros sentimientos, nuestras necesidades, es simplemente el placer por sí mismo no reacciona, es increíble observar en los pacientes la forma como van perdiendo la capacidad de sentir placer por el simple hecho de no apreciarse a sí mismos, no podemos confundir placer con eyaculación, el placer por sí mismo es un elemento del componente erótico, pero el orgasmo es una expresión erótica, espiritual y afectiva, y para lograrlo se requiere del equilibrio y la manifestación y realización de todos ellos.

Para lograrlo debemos desacomodar de nuestras mentes, esos actos mecánicos que nos venden de forma barata en cuanto video musical observamos, o en películas baratas y desviadoras de la verdadera dimensión del placer, se nos ha vendido una sexualidad completamente ajena de nosotros mismos, de lo que creemos o no creemos, incluso, por patrones culturales a las mujeres se les corta la manifestación abierta de su placer o deseo, pues culturalmente eso es "mal visto en una mujer decente", y perdemos el potencial y el desarrollo de nuestra madurez sexual.

El componente erótico también se desarrolla por medio de lo fisiológico, el uso y aceptación del cuerpo, la genitalidad, y esto implica el conocimiento de nuestras manifestaciones de la sensualidad, por medio de nuestros genitales cuando ya se ha adquirido la madurez de una relación que conlleva compromiso, espacio, tiempo, construcción de nuestra realización autonomía y seguridad en ser hombres y mujeres libres. Requiere de un diálogo profundo, conmigo mismo (a), y con el otro.

Es construir todo un proceso hacia la belleza corporal, pero no esa belleza barata estilo "barbie", sino nuestra propia definición de lo que es bello para ti y para mí, porque nos hemos podido reconocer en la belleza de amanecer "fachentos", con mal aliento, ojos lagañosos, pero tú y yo; por que hemos tenido que enfrentar espacios de mucho enojo en donde nos "transformamos" en verdaderas calamidades de la figura humana, ojos desorbitados, tensos, ansiosos, pero nos seguimos viendo y considerando bellos.

El factor erótico viene a ser un proceso de mirar la belleza en aquellos momentos de frustración en las noches de sacar cólicos a nuestros hijos, con una verdadera "cara de locos y trasnochados" sin parranda incluida. Es mirarnos bellos en esos espacios de juegos, en esas flores que me enviaste al final de un despido de trabajo, esa tomada de la mano cuando tuvimos que enfrentar a nuestros propios padres o suegros por una determinación de valores, sueños o construcción de nuestra autonomía.

Viene a ser una belleza que solo la relación íntima permitirá mirar la construcción integral del desarrollo sexual de ambos.

La sexualidad merece mucho respeto como para tomarlo a la ligera, no es una excitación barata, no son solo reflejos para encontrar los puntos orgásmicos, o un proceso de aprender a relajarnos, implica construir una verdadera relación fusional en donde el placer, la reproducción, y no solo reproducción de hijos, sino de nuestros sueños, nuestros valores, la reproducción de nuestras metas a nivel personal, profesional, social, es esa intimidad corporal, de apreciarte y amarte en los "rollitos" que se te hicieron después de los embarazos, o después de esas "comiditas" de mas que tanto disfrutamos, es construir un verdadero enamoramiento que perdure, es la pasión amorosa y los deseos sexuales manifestados por medio de la experiencia emocional y los fantasmas románticos.

Es buscar la seguridad y desarrollo de ti y de mí por medio de la intimidad corporal y la emoción placentera.Y cuando como profesionales nos llegan las consultas de que no sienten deseos, o no se siente nada, aunque la consulta inicial fue por un resfrío, valdría la pena poder sensibilizarnos un poco más y poder ahondar en esa queja que nos están confiando y poder ofrecer un espacio de apoyo para que pueda darse el espacio de ser mejor en el desarrollo de la sexualidad, puede que detrás de esa queja esté la presencia del abuso o de una relación muy violenta, de vez en cuando deberíamos como profesionales en la salud tomarnos el tiempo para apoyar y escuchar a nuestros pacientes y poder ofrecerles una respuesta más integral y acertada a sus necesidades.

Bibliografía

1. De Mezérville, Gastón. Madurez Sacerdotal y Religiosa. Consejo Episcopal Latinoamericano. Colección autores No.24. 1999. Bogota, Colombia.

2. Fromm, Erich. ¿Ser o Tener?. Fondo de Cultura Económica. México, 1992.

3. Miranda, Delia. Desarrollo-Psicosexual y aspectos éticos. Primera Antología, ADOLESCENCIA Y SALUD. Programa de Atención Integral del Adolescente. CCSS. Mayo, 1991, San José, Costa Rica.

4. Murillo, M. Los conceptos filosóficos acerca de la cultura del Tener y del ser y su manera de afectar la sexualidad de hombres y mujeres. Ensayo. Curso de Maestría en Investigación. 1998.

5. Murillo.M. La educación sexual para una relación más profunda con la vida. Artículo. Foro de la Nación. Periódico La Nación. 14 de febrero del 2000

6. Murillo, M. Un encuentro conmigo mismo, el medio para fortalecer mi relación con la vida. Taller. Foro de las Américas, Tlaxcala, México, 1999

7. Ross, Marie Paul. Modelo de Intervención Global en Sexología. Tesis doctoral, Talleres de Formación, Asociación de Congregaciones Religiosas de Costa Rica, octubre del 200. San José, Costa Rica.

8. Sanz, Josefina. Psicoerotismo masculino y femenino. Editorial Kairós 1999, España.

* (Investigadora en temas de sexualidad)
Terapeuta y Consultora
Correo electrónico: mmurillogamboa@yahoo.com