Es para mí un gusto, como Coordinadora del Comité Editorial, presentar a nuestros queridos y queridas lectores, interesados todos y todas, en mejorar las condiciones de salud de nuestros y nuestras adolescentes, el cuarto ejemplar de la serie monográfica: Adolescencia y Salud, la cual se publica gracias al apoyo invaluable de EDNASSS.  Además ahora con el apoyo también de BINASSS es igualmente esta publicación una revista electrónica, con lo que esperamos llegara un público mayor cada día de profesionales, padres de familia y de adolescentes mismos.

En este número, se ha decidido tener como eje temático integrador la sexualidad y la salud sexual y reproductiva de los y las adolescentes, tema siempre vigente, dada la importancia que reviste en esta etapa del ciclo de vida.

Además estudios recientes, hechos por el mismo PAIA y por otros autores, si bien muestran que los y las adolescentes costarricenses están recibiendo información anticonceptivo y educación sexual en general, a edades más tempranas, a lo cual se une un descenso en la tasa de fecundidad de las madres menores de 20 años, en un 7%, ocurrido en el período de 1990-2000, como parte de las buenas noticias, por otro lado, este descenso, en la fecundidad adolescente es mucho menor, al que se observa en los otros grupos de edad, donde el descenso de la fecundidad en las mayores de 30 años es la que más aportes hace al descenso global de la fecundidad en Costa Rica, que pasó en esa misma década a ser de 3,17% hijos por mujer a ser de 2,35% hijos por mujer.

Este hecho ha determinado el aumento constante en el porcentaje de los nacimientos de madres adolescentes, porcentaje que ha pasado de ser el 19,30% en 1998 a ser el 20,3% en el año 2000, para el grupo de 15 -1 9 años, y de ser 0,79% a ser el 0,93%, en las más jóvenes, menores de 15años.

Pero además es una preocupación nacional, el que, como nos señala la Dra.  María Elena López en su artículo, existe una ligera sobre-representación de las muertes en niños (as) menores de un año, hijos de madres adolescentes en relación con las de madres de otras edades, siendo así que una cuarta parte de los fallecimientos se dieron en madres adolescentes.

Esto sigue planteándonos los múltiples y diferentes riesgos intrínsecos al embarazo en la adolescencia y la necesidad de mantener un programa fuerte y constante de prevención de¡ embarazo temprano, pero también de capacitación y atención de las madres adolescentes, sus parejas y sus familias, que responda a sus necesidades especiales, para su seguridad y salud y la de sus hijos e hijas.Esperamos así con este número contribuir a la educación continua de nuestros y nuestras profesionales, en tan importante temática, para que continuemos avanzando en el incrementar el nivel de salud sexual y reproductiva de nuestros jóvenes, hombres y mujeres, que tiene otras amenazas, más allá del embarazo, como por ejemplo, el flagelo del VIH/Sida.