LA
PROBLEMÁTICA DE LA FAMILIA DE HOY
Licda. Ana Marcela Villalobos Guevara.
Psicóloga.
Quizá la principal queja de los
padres en la actualidad es que "la tarea más difícil de la
vida de un adulto es ser padre o madre y que nadie les enseña como
hacerla". Esta frase repetida muchas veces por los padres refleja, por
un lado, la complejidad de la tarea, la angustia que sienten los padres
al enfrentarse a una realidad para la cual no están preparados y
por el otro, la necesidad de ayuda que tienen, para cumplir adecuadamente,
una misión que las sociedades les pide.
Durante la infancia de sus hijos(as) ambos
padres se mantienen relativamente tranquilos, pues a pesar de que están
aprendiendo a ser padres, las demandas de estos no los agobian. Sienten
que pueden controlar tanto sus hijos(as) como a las influencias externas.
Esto puede deber sea a que los padres, en la infancia los niños(as)
no tienen la categoría de persona y el ser padre se convierte en
una forma de ejercer control y autoridad, y en brindar amor de a través
de los que se les compra. Para los padres, esto funciona durante esos años
sin darse cuenta de que es, en estas primeras etapas, donde deben establecer
una adecuada relación con sus hijos(as), la cual será fundamental
para los años siguientes.
Cuando sus hijos(as) llegan a la adolescencia,
ya a los padres no pueden ejercer el mismo control que tenían antes
sobre ellos y sobre el afuera. Es entonces cuando sienten que están
fallando como padres, que están haciendo las cosas mal y empiezan
a angustiarse dando origen a conflictos familiares no solo, entre padre
e hijos(as), sino también entre los padres.
Estos conflictos al interior de las familias
no se debe solo a problemas internos sino también externos, como
son:
-
El manejo de los límites. En ocasiones,
los padres no saben o no pueden poner límites a sus hijos(as), esta
situación se complica cuando ambos están ausentes por cuestiones
de trabajo, lo que hacen que se sientan culpables a la hora de poner reglas
o límites, pues sienten que ya de por sí sus hijos están
carentes de atención y cariño por parte de ellos.
-
La comunicación tanto de padres con
hijos(as), como entre padre y madre. La televisión y las múltiples
ocupaciones que tiene los adultos contribuyen a que cada vez haya menos
períodos de comunicación e intercambio entre ellos. En la
comunicación y en el manejo de los límites juega un papel
importante la forma en que fueron criados los padres, pues, en general,
éstos crecieron en familias donde no había comunicación
entre la pareja ni con los hijos y en donde la palabra de los padres o
de los hijos mayores, era la que se imponía, por lo que, aunque
ahora como padres, quiere tener una comunicación y una relación
diferente y más adecuada en sus familias de procreación no
saben cómo.
-
La relación de pareja. Esta, sea que
esté bien o mal, tienen sus efectos directos o indirectos en las
relaciones familiares y en su estabilidad. Cada pareja pasa por sus propias
crisis las cuales debe enfrentar, que se unen con sus funciones y crisis
paternales.
-
La situación económica. En la
actualidad la mayoría de las familias costarricenses enfrentan problemas
económicos a causa de la crisis que atraviesa el país. Esto
hace que las familias tengan que restringir y ajustar sus gastos que haya
más necesidad de que otros miembros salgan a trabajar, cortando
así las posibilidades de estudio que tenían. Esta situación
provoca angustia, frustración y preocupación al interior
de las familias.
-
La presencia – ausencia de los padres. No
solo porque ambos padres tengan que salir del hogar a trabajar, lo que
reduce el tiempo que éstos pueden pasar con sus hijos(as), sino
también porque cada vez son más las familias en las que está
ausente la figura paterna y es la madre sola la que lleva la crianza y
manutención de los hijos, sin que haya nivel social, recursos que
faciliten esa tarea, pues nuestra sociedad tiene sus estructuras establecidas
para que la madre se quede en el hogar y el padre salga a trabajar. Está
también el caso de las familias conformadas por padre y madre, pero
en las que el padre está ausente en la crianza y educación
de los hijos(as), cumpliendo la función de proveedor.
-
Violencia familiar. Si bien no está
presente en todos los hogares, el silencio que la caracteriza ha hecho
que pase inadvertida, y no es si no hasta ahora que hay mayor apertura
social para la denuncia de estos hechos que se sabe que están presentes
en muchas de las familias costarricenses. Esta violencia es sufría
principalmente por las mujeres, los niños, las niñas, los
(las) adolescentes y los (las) ancianos(as), a nivel físico, sexual,
emocional y patrimonial. Provocando la denigración de la persona
en su condición de ser humano, lesiones físicas y emocionales,
disminución de su autoestima, pérdida de la confianza en
sí misma y en la familia y daña, no solo a la persona que
lo sufre sino también a los que están a su alrededor y a
la sociedad en general.
-
Lo medios de comunicación. Estos influyen
en las familias vendiéndoles la "necesidad" de consumir y creando
esa "necesidad" en los niños(as) y adolescentes. Vendiendo nuevas
formas de violencia que son difíciles de asimilar en esta población,
más aún, cuando no se pueden ser supervisados por los adultos.
Creando nuevas formas de vidas y fantasías que no se ajustan a nuestra
realidad y que no van a poder ser alcanzadas.
-
Desconocimiento, por parte de los padres y
de los adultos en general, del desarrollo físico, emocional por
el que atraviesan sus hijos en las diferentes etapas evolutivas, lo cual
provoca que los padres no puedan comprender y responder adecuadamente a
las necesidades de éstos lo cual se agrava en la adolescencia.
-
Una sociedad que tiene cambios acelerados,
con una alta tecnología que no existía en los tiempos de
los padres. Cambios a los que niños, jóvenes y adultos tienen
que acomodarse sin tener el tiempo necesario para hacerlo.
-
Cambio y/o desaparición de los valores
o ambos con los que crecieron quienes ahora forman la población
adulta.
No hay duda de que todas estas situaciones
afectan las familias costarricenses y por lo tanto, las relaciones que
se establecen al interior de éstas. Pero también hay que
considerar que las familias han entrado en un conflicto generado por los
cambios sociales, por un lado se resisten a cambiar y adaptarse a la nueva
sociedad y a las nuevas exigencias de éstas y por otro, sienten
la "necesidad" de cambiar para no desaparecer. Pero de que forma cambiar,
qué hacer, cómo hacerlo, cómo relacionarse de una
forma diferente, si los patrones y los valores con los que crecimos no
calzan ahora, cómo ser padres en una sociedad tan diferente a la
nuestra que cambia tanto, cómo comunicarnos con nuestro hijos, sí
nuestros padres no nos lo enseñaron a hacerlo, qué es un
ser un buen padre o madre, qué hacer con tanta información
contradictoria o negativa. Estas y otras preguntas son difíciles
de responder solos, quizá entre todos y creando espacios de reflexión
podamos construir un nuevo camino para la familia y para la sociedad costarricense.